Aquí les dejo uno de esos avisos, ciertos como la vida misma, que no deberíamos tomarnos a la ligera, pero que desafortunadamente así hacemos. ¡Disfruten!
En esta entrada, como clara referencia al cenutrio de ayer, se puede sustituir, en la imaginación de cada uno, la palabra imbécil por una gran cantidad de adjetivos calificativos, a ser posible denigrantes, de manera que inexplicablemente y poco a poco, uno va desahogándose y sintiéndose levemente mejor.
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