viernes, 30 de diciembre de 2022

Mecano Experience en el Martín Carpena

Pepi cumplió cincuenta años, una fecha redonda, y sus hermanos le regalaron un par de entradas para el concierto tributo de Mecano, que lo llamaron Mecano Experience y que se iba a celebrar el sábado 22 de octubre en el Martin Carpena de Málaga. Así que llegado el día nos presentamos en el Palacio de Deportes con la sorpresa de que el concierto se había suspendido y no nos habíamos enterado. Como no habíamos comprado la entrada, sino que fue un regalo, no recibimos el aviso de suspensión. ¡Vaya chasco! Pero bueno, aprovechamos que estábamos en Málaga y nos fuimos a cenar en plan romántico.

No llegó a suspenderse en realidad, se aplazó, y bueno, decidimos esperar. De manera que no devolvimos las entradas y el 29 de diciembre, fecha elegida para volver a intentarlo allí nos plantamos.

La verdad es que a mí, en general, me decepcionó algo, porque si bien todo estaba muy bien montado, me sorprendió que con el amplio catálogo de canciones que tiene la banda madrileña tuvieran que meter canciones de otros artistas en mitad del show. Mezclaron No es serio este cementerio con Thriller de Michael Jackson e interpretaron Imagine de John Lennon, que la verdad, son canciones maravillosas pero no me parecía que fueran apropiadas para lo que habíamos ido a ver. Seguro que hubo mucha gente a la que le encantó, pero a mí me dejó un poco planchado. Tonterías personales. Pero Pepi lo disfrutó, que era lo importante. 

lunes, 19 de diciembre de 2022

Fútbol moderno

Mi niño juega al fútbol. Esta es una frase que puede hacer ahora mismo casi cualquier padre de niño, sin decir ninguna mentira, porque los niños lo único que quieren hacer es jugar al fútbol y mirar el móvil. En breve muchos de ellos irán abandonando el cartel de ser niños, comenzarán ser jóvenes y añadirán otra variable -si no la han añadido ya- que es la base de la evolución, ya me entienden. 

Pero cuando escribo esa frase no crean que jugar al fútbol requiere ejercicio físico, un balón, una amplia zona donde correr, un par de mochilas que sirvan de postes y un buen puñado de amigos. Ya no es necesario. Los niños juegan al fútbol sentados en sus casas, con un mando en las manos, una consola de videojuegos cerca y una conexión eficiente a Internet. No necesitan más para tirarse toda una tarde, o si se les deja todo el día completo, jugando en la videoconsola.

El mío es uno de esos, pero a veces juega con su equipo de fútbol, el de verdad, porque lleva ya federado unos cuantos años. ¿Es mejor que jugar a la videoconsola? Yo diría que sí. Los amigos no son virtuales, los goles se celebran abrazándose, aprenden a sacrificarse en equipo, y mueven el esqueleto algo más que del sofá a la cama. 

Evidentemente toda actividad tiene un coste. Y como todo, tiene sus pros y sus contras, que tampoco son pocos. Para comenzar, jugar al fútbol federado tiene un coste: la cuota del club, las botas de fútbol, el traslado a los terrenos de juegos los días de partidos en los fines de semana, sin contar el bueno número semanal de horas de entrenamiento y un largo etcétera...

Pero lo peor del fútbol, con diferencia, son los padres, los energúmenos que pululan por los campos de fútbol.  La mayoría de ellos padres de niños con el único lema en su cabeza de Mi Niño Fútbol Club. La verdadera lacra del fútbol. 

Este fin de semana mi niño cayó en un partido, y se dobló la muñeca. No salió contento porque habían perdido y eso le dolía más que la muñeca. Al final no fue gran cosa, no hubo ni rotura ni fisura, pero tuvo que tener la muñeca inmovilizada un par de semanas. Las lesiones, otra de los contras del jugar al futbol más allá de una pantalla. Cosas de fútbol moderno.

viernes, 16 de diciembre de 2022

Anatomía de un instante de Javier Cercas

Supe que Javier Cercas venía a la biblioteca Miguel de Cervantes de Fuengirola a dar una charla presentando su último libro, El castillo de Barbazul, la tercera entrega de una novela policíaca, de la que mi mujer es muy aficionada.

Hacía tiempo que por casa descansaba pacientemente para ser leída Anatomía de un instante, un libro publicado en 2009, pero que nunca había encontrado el momento para abrir sus páginas. Esta ocasión me parecía perfecta.

Así que me adentré en el golpe de Estado de España de 1981. Aquel año, en aquel momento, yo tendría siete años y recuerdo que nos dejaron salir del colegio, recuerdo mis padres pendientes de la televisión, algo gordo se estaba cociendo pero a mi temprana edad aquello significaba problemas políticos, algo que en mi casa era sinónimo de las ganas que tenían los adultos de aburrirse hablando.

Aquel 23 de febrero fue tal vez unos de los puntos de inflexión más importante de la historia reciente de España. En aquella antigua televisión Thompson que teníamos en lo que nosotros llamábamos la salita, pude ver los tiros de Tejero, (años más tarde visité el Congreso de los Diputados y pude ver los orificios en el techo del hemiciclo) la figura impertérrita de Gutiérrez Mellado y de Adolfo Suárez. Eso es lo que, a ojos de niño de siete años, más me llamó la atención.

Se han escrito ríos de tinta sobre aquel suceso y poco tengo yo que añadir a aquello salvo la mirada infantil de un niño al que aquello que no llegaba a comprender le parecía más una aventura divertida que un escenario de preocupación.

Ahora han pasado los años, la humareda de la pólvora se desvaneció y con la objetividad que da el tiempo Javier Cercas pudo poner en orden todos los pasos que se tomaron antes del golpe de estado, pero también aquellos que ocurrieron durante y después del golpe. 


Pd: Javier Cercas vino a Fuengirola, ofreció una estupenda charla y me dedicó el libro. Muchas gracias.

sábado, 10 de diciembre de 2022

Coque Malla en París 15

Hacía tiempo que tenía ganas de volver a ver a Coque Malla en directo. Varias veces de las anteriores que había venido cerca, por una razón u otra -que ya ni recuerdo- no pude verlo. Siempre pensaba, pues nada, tendrá que ser la próxima vez. Hasta que finalmente llegó la oportunidad.

Su gira El viaje del Astronauta Gigante estaba dando sus últimos conciertos y se había anunciado fecha un viernes por la noche en Málaga, en la Sala París 15. Un plan perfecto. Así que Pepi y yo y unos cuantos amigos nos juntamos para ir a ver el concierto. 

Aún recuerdo como si fuese reciente la primera vez que vi a Coque Malla en concierto, en realidad fui a ver a Los Ronaldos en la Plaza de Toros de Fuengirola, en lo que se conocía como La Noche Rosa, por donde un buen número de bandas españolas del momento pasaron a darse a conocer. Fue uno de mis primeros conciertos. Los Ronaldos dieron un conciertazo. No recuerdo la edad que yo tendría pero calculo que serían finales de los 80. Así que bien joven sí que era. Un adolescente efervescente, imagino. La cosa es que el concierto me dejó mella. Me encantó y casi instantáneamente me convertí en un seguidor de la banda.

Los años han pasado por mí y también por Coque Malla. Cuando yo lo vi, él era un joven aún imberbe con cara de niño (siempre ha tenido cara de niño) y ahora ya rebasa la cincuentena, pero se conserva muy bien y sigue teniendo ganas de bailar (yo tengo un poco menos).

Casi todos los temas que me gustan estuvieron en el setlist. La carta, No puedo vivir sin ti, Me dejó marchar, Berlín, o clásicos de Los Ronaldos como Por las noches, o Adiós papá. 

Pd: Ahora recuerdo que sí que me quedé con ganas de una canción, Cachorro de león. A ver si la próxima vez es posible.

sábado, 3 de diciembre de 2022

Emocionarte - Carlos del Amor

Evitar entrar a una biblioteca es algo casi imposible para mí. Me cuesta mucho esfuerzo pasar por delante de una biblioteca y no acceder y dar un vistazo. No lo puedo negar, si entro en una biblioteca pública, normalmente pico y me traigo algún libro, en la mayoría de las ocasiones más de uno. Ya pueda tener quinientos libros en casa para leer, ya puede ser que tenga sobre la mesa de noche seis libros deseando comenzar o estar a punto de acabar uno que me tenga abducido, aún así, si voy a una biblioteca, algo me traigo. No lo puedo evitar. 

Fui a la carnicería, pasé por delante de la biblioteca y una energía centrípeta me atrajo a su interior. Una vez dentro la voluntad se difumina, el razonamiento encuentra recovecos de convicción y al menos un libro se viene conmigo a casa. Ésta vez no fue distinto.

Siempre he sido una amante de los libros alrededor del arte. El arte en su más amplia definición. Biografía de artistas en general, explicación de cuadros, arquitectura centroeuropea, museos del mundo, tumbas de artistas, 

No sabría bien explicar qué significa el arte para mí, pero sé que significa bastante. Es importante para mí. Por eso cuando vi un libro de Carlos del Amor (del que no había leído nada) que contaba la historia detrás de muchos de los cuadros que todos amamos, no pude evitar llevármelo. Treinta y cinco obras de todos los tiempos. ¿Qué se quería explicar en el cuadro? ¿Fue un encargo o una obra libre? ¿Qué momento de su vida estaba atravesando el artista? ¿Dónde estuvo expuesto el cuadro? ¿Quién lo robó? Hay miles de historias pequeñas y atractivas detrás de los cuadros. Yo quise conocerlas. Me gustó mucho.