sábado, 30 de noviembre de 2019

Cala Vento en Theatro Club de Málaga

Justo la mañana siguiente después del concierto de Colspell y de haber descansado poco porque había trasnochado, mi amigo Íker me dijo que le sobraba una entrada para el concierto que Cala Vento ofrecía esa misma noche en la sala Theatro Club de Málaga, a la que yo, por una razón u otra, no había estado nunca. Las entradas estaban agotadas desde poco después de ponerlas a la venta. Estaba bastante cansado, pero me apetecía.

La sala Theatro Club de Málaga es chiquita y se llena enseguida. Un sitio privilegiado para disfrutar de un concierto. Cala Vento es un dúo catalán con muchas ganas, mucha frescura y con un aire entre alternativo forzado y hacer lo que te da la gana. Letras difusas de casualidades diarias y ritmos machacones y alegres... a veces. 

Comenzaron muy charlatanes, con muy buen humor, se veía que venían a pasarlo bien, el sonido fue perfecto, la voces estaban en forma. Mejor no podía empezar. Tocar la batería y cantar debe ser una de las cosas más complicadas de hacer al mismo tiempo. La verdad es que allí dentro, casi metidos en un hoyo, bastante centrados, con una cerveza fría en la mano, necesitas pocas cosas más para ser feliz.

Terminó el concierto y fuimos a dar la enhorabuena y pillar algo de merch a Cala Vento. Estuvieron súper accesibles, además también pudimos saludar a algunos de los componentes de Airbag, que estaban allí también disfrutando del concierto. Lo pasé estupendamente.

viernes, 29 de noviembre de 2019

Coldspell en el Louie Louie

Un miércoles de noviembre venían al Louie Louie Rock Bar de  Estepona la banda sueca Coldspell, con su guitarrista Michael Larsson a la cabeza y con Niclas Swedentorp a la voz -he tenido que comprobar varias veces que lo he escrito correctamente-.

Lo cierto es que no los conocía hace un mes, pero desde que supe que venían les presté el oído y me convencieron rápidamente, igual que yo convencí a Óscar, mi compañero metalero de conciertos. 

Las música en directo gana mucho y las bandas que tienen un buen guitarrista aún más. Así fue el caso de Colspell. Tenían programados cinco conciertos por España, el primero de ellos era esa misma noche en Estepona, con lo que tuvimos la fortuna del calendario de nuestra parte y los pillamos frescos y con ganas.

Realizaron un repaso a sus cuatro álbumes, tocando sus temas más conocidos, como Legacy, Forevermore o It Hurts, que fueron el trío de canciones con las que comenzaron el concierto. Tocaron Infinite Stargaze o Call of the Wind que les quedó muy bien. Terminaron el set con Time. Y a la vuelta de refrescarse con varios sorbos de cerveza, nos regalaron una estupenda Paradise y Straight things out.

Al final del concierto tuvimos la oportunidad de charlar con ellos, y lo cierto es que estuvieron muy pacientes y les compramos algo de merch, que hay que apoyar a las bandas en ruta. A ver si vuelven con un nuevo disco bajo el brazo.

domingo, 24 de noviembre de 2019

En un crucero

Despegamos desde el aeropuerto de Barcelona en un anaranjado amanecer sobre un mediterráneo plateado. Pudimos contemplar cómo el Sol iba ascendiendo, dando luz desde el este, acabando con las sombras sobres las cimas de las montañas, como un ejército implacable ganando terreno a un enemigo derrotado. Una imagen que empequeñece tanto como sobrecoge.

Aterrizamos en Málaga desde Barcelona y sin tiempo para desayunar y tras recoger el coche, nos dirigimos directamente hacia el puerto de la capital costasoleña, allí debería de estar el crucero que íbamos a visitar, pero no estaba. Supimos después que tuvo problemas para salir de otro puerto y por eso llegó algo tarde. Nos vino bien porque tuvimos tiempo de desayunar.

Esa mañana íbamos a visitar un crucero, el Norwegian Star, un barco construido en 2006 pero que había sido recientemente remozado en el 2018. La idea era enamorarte de una idea, de una forma de viajar, de descubrir horizontes, nunca mejor dicho. Para ello íbamos a conocer su forma de funcionar, ventajas y desventajas, conocer sus variadas opciones de restauración, así como los atractivos interiores del barco. Habíamos quedado con las hermanas de mi mujer y sus maridos para visitarlo.

Un casino, piscinas cubiertas y descubiertas, gimnasios, amplias zonas de esparcimiento, salones, tiendas, galerías de pintura, ascensores panorámicos, y muchos restaurantes, pero a mi juicio lo más impresionante es un amplio teatro donde se representan varios musicales las noches de cruceros. Poder conocer por dentro un crucero es una experiencia distinta.  No pudimos ver un camarote, porque el crucero iba completo, y esa fue la pena, pero sí pudimos almorzar y además invitados.

Abandonas el barco deseando tener alguna vez la posibilidad de realizar un crucero con la familia. Un sueño pendiente.



Escapada a Barcelona

Hacía meses que la web EstupidaFregona había programado un concierto tributo sobre Pearl Jam en la Sala Bóveda de Barcelona, por una banda creada para la ocasión que se hicieron llamar muy acertadamente The Foxy Mops. Un buen número de amigos míos desde muchos puntos de la geografía española decidieron quedar para acudir juntos al concierto tributo, todos ellos, entre los que me incluyo, bastante apretados -según mi mujer- de Pearl Jam. 

No me decidía a ir a la fiesta tributo porque equivalía a dos vuelos, una habitación de hotel, aparte de la entrada, gastos varios y tal, y especialmente porque llevaba un mes bastante cargado de gastos, pero mi amigo Víctor me avisó de una oferta en una compañía low cost con vuelos baratos  que resultó ser irrechazable. La idea planteada y económica era ir por la mañana temprano y regresar a la mañana siguiente más temprano aún. Ni veinticuatros horas en Barcelona. Lo justo para ir, estar  y regresar. Nada de turismo.

¡Así lo hicimos! Antes de las once de la mañana ya estábamos en el aeropuerto de El Prat. Unos amigos nos recogieron en coche y fuimos a pasar un día fantástico junto con un gran puñado de amigos compartiendo cervezas, parrilla y sobretodo muchas risas. Faltó tiempo para poder charlar todo lo que hubiéramos deseado. Después del café fuimos al hotel, soltar la mochila, darnos una ducha, y prepararnos para el concierto. El hotel estaba a apenas unos metros de la sala, con lo que casi no pateamos nada de Barcelona.

El concierto fue estupendo, buenas canciones, una muy buena banda interpretándolas, algunas agradables sorpresas, inmejorable compañía, muchas ganas de pasarlo bien y poco más se necesita. Todo muy bien organizado. Muchísimas caras conocidas y otras no tanto. Muchos conciertos por muchas ciudades. Reencontrarte en la misma ocasión con muchos amigos que consigues ver muy de vez en cuando, porque las distancias, los trabajos y la familia no siempre permiten quedar las veces que uno desearía. No vamos a quejarnos. That's life! Alargamos la noche más allá de lo que nuestro cansancio hubiera deseado. Pepi estaba reventada.  Y no disponíamos tampoco de mucho tiempo para descansar porque a las 7:30 de la madrugada ya estábamos en un avión de vuelta a Málaga. El resultado fue una escapada fugaz pero que conlleva recuerdos que ya son imborrables.


martes, 12 de noviembre de 2019

Andrea Motis Quintet en el Teatro Cervantes

¿Puede haber algo mejor que un lunes de noviembre para un concierto de jazz? Acudí al Teatro Cervantes de Málaga para disfrutar de un concierto de jazz a cargo de  Andrea Motis Quintet, incluido en el Festival Internacional de Jazz de Málaga. Mi amigo Miguel que comentó varias semanas antes que a él le gustaría ir a verla y yo que me apunto a un concierto sin que me empujen, allí me presenté. Tuve que hacer unos pocos de cambios en el trabajo, pero merecía la pena.

La semana anterior al completo y casi con exclusividad me la había pasado escuchando los discos de Andrea Motis, y también grandes standards del jazz, porque el jazz tiene esa viciosa cualidad de que una vez que te metes a escuchar cuesta trabajo salir.

No es usual ver a una voz tan joven como la de Andrea Motis en el circuito de festivales, aunque últimamente me parece que se está abriendo algo más las puertas por las jóvenes promesas. Lo cierto es que Andrea Motis no es ya una promesa, sino una realidad y yo diría que además bien consolidada, tanto a la trompeta como a la voz. El teatro colgó el cartel de todo vendido una vez más y pudimos disfrutar de un concierto maravilloso.

Se presentó acompañada de su inseparable contrabajo, Joan Chamorro, que es desde hace tiempo un grandísimo animador y presentador de nuevas promesas del jazz. Al piano un virtuoso como Ignasi Terraza, a la batería el batería con más pinta de batería que existe, Esteve Pi, y para completar el quinteto a la guitarra Josep Traver que te tiene una versatilidad de registros que te deja sin palabras. Ver el jazz es siempre entretenido, si además, se hace bien, se vuelve casi mágico.

Interpretaron temas clásicos como I'm an errand boy for rhythm de Nat King Cole, Afro blue de Mongo Santamaría al más delicado latín jazz, temas propios como Adéu,  de algo de bossanova o una delicadísima Mediterráneo.

A ver si en el próximo festival de jazz también puedo ir al menos a un concierto y se convierte en costumbre.

lunes, 4 de noviembre de 2019

Toundra en La Trinchera

Al día siguiente de ver a Gaby Moreno y casi sin tiempo de asimilarlo, tenía otro bolo previsto, pero esta vez en otra envolvente completamente distinta, un festival de sólo un día alrededor del rock potente nacional. Un festival de una sola fecha. Cuatro bandas. The Wax, Habitar La Mar, Elephant Riders y Toundra. Todo en La Trinchera. Uno detrás de otro.

Llevaba mucho tiempo esperando ver en directo a Toundra. Sus discos los he machacado decenas de veces en los últimos meses, especialmente el último disco, Vortex, y estaba deseando verlos en directo. Como se suele decir, contando los días.

Lo cierto es que fue una estupenda noche de rock. Elephant Riders me molaron mucho, al igual que Habitar la Mar, que los había escuchado poco. No llegué a tiempo para ver The Wax, una pena. 

De Toundra puedo decir que sonaron como una apisonadora de guitarras. Comenzaron con la intro de Vortex, y y justo después tocaron, Cobra, que es uno de mis temas favoritos, si no el que más. Para comenzar fue una bomba ¡Brutales! Rafa -que fue mi acompañante hardrocker de esa noche- y yo estábamos a sus pies ya desde el inicio. Siguieron  con la desgarradora Tuareg, la evocadora Bizancio, y temas ya clásicos como Cielo Negro o Magreb. Acabaron el set con la magnífica Mojave. El setlist está por la red.

Cuando regresaron para tocar el encore ya nos habíamos situado en las primeras filas. Me llevo en la memoria el fabuloso Cruce Oeste que se marcaron. Finalizaron con Ara Caeli, que son palabras mayores. Un concierto inolvidable. Tuve la fortuna y la habilidad de que Macón (el guitarrista con barba, para entendernos) me dio la púa con la que tocó el concierto y Alberto (el bajista) me dio una púa y por si fuese poco también  conseguí el setlist que me firmaron. Un lujazo que me guardaré por siempre. Me pillé un cd y una camiseta que luzco orgulloso en la foto que nos hicimos tras el concierto con Macón.


domingo, 3 de noviembre de 2019

Gaby Moreno en La Cochera Cabaret

El fin de semana siguiente del tremendo concierto que Mark Lanegan ofreció en Elche, fue el turno de Gaby Moreno en Málaga, en esta ocasión en un lugar mucho más a mano, en La Cochera Cabaret. Me apetecía, porque no es común que alguien con un Grammy se acerque a un local tan íntimo y cercano como La Cochera Cabaret, y bueno, sobretodo, porque tiene una voz maravillosa y grandes canciones. Se lo comenté a mi amigo Miguel, que siempre está presto para bellas voces y como esta vez el trabajo se lo permitía, pues se apuntó.

Gaby Moreno se presentó en Málaga con un formato trío, un batería, un bajista y ella a la guitarra y voz. Una presentación arriesgada, pero simple y muy atractiva. Tocó todos sus palos, agarró la guitarra acústica, también la eléctrica, tocó en trío y también en solitario. Cantó sus temas más conocidos y también temas para presentar su último disco, Spangled, pero también versiones de canciones universales, como Quizás, quizás, quizás o Cucurrucucu Paloma. No faltó un tema suyo titulado La Malagueña, que fue lógicamente muy bien recibido por los allí presentes.

Particularmente me gustaron mucho las versiones casi desnudas de los temas del último disco, que vienen envueltos en grandes arreglos y muchos acompañamientos, en cambio, con la sencillez del formato trío, a mi parecer, ganaron, al menos perdió la aparatosidad del disco para ganar en cercanía y sensibilidad.

Al acabar el concierto pude hablar con Gaby y comentarle que coincidimos en ambos apellidos. Fue una graciosa curiosidad que pareció que le agradó. Me firmó el disco que le compré como tocayo. Ojalá pueda volver a verla en directo.