miércoles, 29 de septiembre de 2010

Grinderman 2

Hace ya un par de semanas que salió al mercado el nuevo trabajo de estudio de Grinderman, la banda "alternativa" de Nick Cave. La palabra "alternativa", en este caso, está correctamente aplicada pues Nick Cave alterna sus discos con los Bad Seeds y con los Grinderman, y además por ser un álbum verdaderamente alternativa a todo lo que se está cociendo en el panorama musical en cuanto a rock se refiere.

Es el segundo álbum de la banda y así como el primer álbum llevó el título de Grinderman, éste lleva, como título consecuente Grinderman 2. El disco, musicalmente, mantiene, como el título predispone, una lógica continuidad del primero, quizás con un sonido algo más industrial, de manera que si en el primero este envoltorio ya adornaba alguno de los temas, en el segundo se hace más patente y prácticamente todos los temas están empapados de él.

No sabría decir cual de los dos álbumes me gusta más, pero sí puedo afirmar que si tienen ganas de desahogarse, de escuchar un disco distinto, con un sonido fuerte y ruidoso, primitivo y básico a la par que moderno y sofisticado, éste es el disco, pero, por otro lado, si lo que quieren es escuchar algo atrevido, amenazador, rudo, bastardo, pagano, sucio, salvaje, rechinante, desgarrador y mil malditos adjetivos más, entonces, éste también es el disco.

Y aunque el primer single, Heathen Child, no es su mejor tema, les coloco el vídeo paranoico.¡Pónganse de rodillas!



domingo, 26 de septiembre de 2010

Mendel el de los libros - Stefan Zweig

Mendel el de los libros es un hermoso tributo que nos brinda Stefan Zweig -mi autor vienés favorito- sobre el apasionante mundo de la literatura, o más exactamente, sobre el amplio e inabarcable, o quizá sí, universo de los libros. Todo ello a través de un personaje insólito, singular, raro. Un librero, Jacob Mendel, con el que el lector se encariña a cada página. Un personaje que me recordó, de alguna manera, al extraordinario Bartleby, el escribiente de Melville.

El lector puede, sentado junto a la butaca de Mendel, en uno de esos refugios intelectuales que fueron los cafés vieneses a principios del siglo pasado, vivir la manera en la que la guerra lo toca y afecta todo, sesgando con su ardiente filo cualquier cosa, incluso aquello que parecía inmutable e invariable.

Es uno de esos libros que una vez leídos sabes a ciencia cierta que volverás a leer con más placer, si cabe, en la segunda lectura.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Veinticuatro horas en la vida de una mujer - Stefan Zweig

¿Es posible que alguien abandone todo lo que tiene: su elegante y alegre estilo de vida, su estable posición social, su adorable y cariñoso marido, sus ejemplares hijas... todo, simplemente por alguien al que acaba de conocer, del que no sabe prácticamente nada, del que incluso siquiera sabe si le corresponderá? ¿Abandonar su dignidad, el amor de su familia, y todo por una pasión momentánea? ¿Es posible? ¿Y si así fuese? ¿Es creíble una actitud tan aparentemente atolondrada en tan sólo veinticuatro horas? ¿Qué puede remover y hacer temblar la vida de una mujer de una manera tan fulminante y avasalladora?

Estas preguntas se hace Zweig a través de la mente de una mujer, en lo que es un auténtico ejercicio de psicología femenina. Otra lección del maestro. Tomo nota.

martes, 21 de septiembre de 2010

¿A qué me parezco?

- Soy un brócoli y me parezco a un árbol.
- Yo soy una nuez y me parezco a un jodido cerebro.
- Yo soy una seta y odio este juego.

Ja ja ja...

lunes, 20 de septiembre de 2010

Septiembre

Acabo de volver de pasar un fin de semana junto con mi familia en una casa rural. En Villanueva del Trabuco para ser más precisos. Y tengo que decir que, además de pasarlo muy bien, he practicado la gula a destajo. Vuelvo literalmente inflado. Con lo que he comido casi que podrían haber comido una semana 20 niños de esos que salen en los anuncios de Intermón Oxfam. Sinceramente, no estoy orgulloso, pero tampoco me arrepiento y es que se avecina estos próximos días la palabra que tanto nos somete y atemoriza a todos, bueno, a casi todos, que hay gente muy rara: régimen.

No es una elección voluntaria, creánme, es una necesidad física obligatoria... como cada septiembre.

Pd: Por supuesto que este mes de regeneración interior también voy a leer más, arreglar las cosas de la casa, hacer deporte, dejar de fumar, ver menos fútbol, y lo que a ustedes más les interesa, voy a mejorar el blog, aunque sólo sea unos retoques sutiles, o quizás, no sé, algo que no llame la atención pero que quede bien, o, bueno... puede que lo deje como está.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Una bonita enseñanza

Por fin pude ir al cine a ver la nueva película de Woody Allen: Conocerás al hombre de tus sueños. Y, si bien, no es su mejor cinta, sí me gustó. Fue tal como la esperaba, quizás menos redonda de lo que en su cine es habitual, pero me gustó.

Es una película típica de Allen, en la que consigue enamorar y enganchar al espectador con un guión salpicado de diálogos ingeniosos e irónicos, con escenas verdaderamente divertidas, incluso rozando en muchos casos lo disparatado, con giros sorprendentes e inesperados.

Me encantó el sentido final de la película, sobretodo viniendo de alguien que fue -no sé si aún lo sigue siendo- un "adicto" a las consultas psiquiátricas, y que siempre ha tenido colgado esa etiqueta de neurótico enganchado a los medicamentos, de que hay veces en la vida en la que es mejor poseer un espíritu positivo, aunque basado en fundamentos erróneos o equivocados, a un cargamento de pastillas.

Me divirtió la manera en la que Allen cambió a un personaje depresivo, sumiso, negativo y sin voluntad, a través de una dudosa sugestión, en alguien con ganas de enfrentarse positivamente a lo que a todos, inexorablemente, nos viene encima. Una bonita enseñanza.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Una Coronita

Durante mis vacaciones, en uno de esos días tontos, sin sustancia, que siempre se quedan entre semana, a mi señora se le ocurrió la suculenta idea de cocinar comida mejicana. Yo, siempre dispuesto a una comilona, fui raudo a hacer la compra, vaya que cambiase de opinión repentinamente. Lo único que a mi mujer no le hace falta que incluya en la lista de la compra, porque ya lo llevo grabado en mayúsculas en el entrecejo, son las cervezas para la ocasión. Casi tardé más en elegir las cervezas mejicanas que en hacer el resto de la compra.

Al final, tras muchas dudas, me decanté casi aleatoriamente por la marca Sol, pero la que hoy nos ocupa es una de las seis Coronitas que mi hermano y Mari Carmen tuvieron el detallazo de traernos a la cena. Como las Coronitas no llegaron frías, al día siguiente, para acompañar al delicioso chili con carne que sobró, tuve que hacer el terrible esfuerzo de colar dos rodajas de limón en el cuello de una Coronita y brindar por ustedes. ¡Saludos chingones, carajo!




sábado, 11 de septiembre de 2010

Angelina Sanz

Hoy me he enterado de que Angelina Jolie tiene una doble, y, que además, es española, se llama Lina Sanz, aunque su nombre de guerra en Hollywood es Lina Sands. Es simplemente impresionante el parecido. Y sí, es más joven. Juzguen ustedes mismos.


¿Fue él? - Stefan Zweig

Hace unos meses leí Novela de ajedrez, de Stefan Zweig, y desde aquel día he visitado varias veces las librerías buscando algún libro del magnífico autor vienés. Ya he comprado alguno que otro, y les aseguro que tienen un lugar preferente en mi lista de libros por leer. No se preocupen que ya les iré contando.

El primero que he leído, de los que tengo en casa, ha sido ¿Fue él?, que es una novela corta, de apenas ochenta páginas, en una esmerada y coqueta edición publicada -¿cómo no?- por la editorial Acantilado. Entre su párrafos se respira amor, pasión, amistad, celos, odio, humillación y, por encima de todo, venganza.

¿Fue él? es otra joyita que Zweig nos dejó un buen día, donde da clases de escritura en cada una de sus página. Los dos libros que he leído de él son, a ciencia cierta, libros muy recomendables para cualquiera, sin distinción de gustos. Ya les digo, un auténtico maestro. ¡Cómo disfruto leyendo a este hombre!

Esta novelita la leí en Lisboa, en los cansados ratos antes de dormir, y créanme que hizo que de mi viaje a la capital lusa me trajese un mejor recuerdo. Obrigado Mr Zweig.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Conocerás al hombre de tus sueños

Por hache o por be se me está escapando de las salas la nueva película de Woody Allen. No se me ha pasado ninguna de las, no sé, diez, doce, quince últimas películas de Mr Allen. Espero este fin de semana poder, por fin, ir a verla. Les dejo el trailer en español.


miércoles, 8 de septiembre de 2010

Manos fuera

Hay cosas que ni aun viéndolas me las puedo creer. Como diría un ministro: manda huevos...

¿Y dice que consigue un alivio instantáneo? ¿Y que dura 6 horas? ¡Venga ya!

martes, 7 de septiembre de 2010

Chesil Beach - Ian McEwan

Chesil Beach es la segunda novela de Ian McEwan que he leído -la primera fue Ámsterdam-, y si bien ninguna de las dos novelas me han entusiasmado, sí me han dejado un buen sabor de boca, especialmente ésta, que es la última que ha publicado el autor británico.

Chesil Beach es el nombre de la playa junto a la que está situado el hotel donde Edward y Florence, dos inocentes jóvenes de distinta clase social, pasan su noche de bodas, su primera noche juntos, donde compartirán sus dudas, sus miedos y fobias, consecuencias de una sociedad conservadora, en la que el tema sexual fue siempre un tabú.

Es una novela entretenida y amena, bien escrita, con la que merece la pena pasar un buen rato, como el que yo pasé en el minúsculo avión que me llevara a Lisboa.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Obrigado Lisboa

En nuestro último día en Lisboa, o mejor dicho, en nuestras últimas horas en la capital lusa, sólo tuvimos tiempo de bajar en metro a la Baixa, donde habíamos echado el ojo el día anterior a una pastelería donde comprar unos pasteles de nata para nuestros familiares, de manera que llegasen fresquitos a Málaga. A pesar de nuestro poco tiempo, en una esquina junto a la Plaza del Rossio, delante de la estropeada y malcuidada Iglesia de Santo Domingo, en un puesto de Ginjinha, probamos el auténtico licor de guida portugués, algo fuerte para tomar por la mañana, pero que deja un regusto a sabor dulce en el fondo del paladar.

Así nos despedimos de Lisboa, brindando por nuestros niños y deseando que algún día podamos volver con ellos a esta ciudad bella y romántica, de la que tan buen recuerdo nos llevamos para España.

Volvimos en metro al hotel para recoger nuestras maletas, y desde allí en taxi hasta el aeropuerto para coger la diminuta avioneta que nos llevaría de vuelta a casa. Locos por ver a los pequeñines.

Obrigado Lisboa.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Una Lisboa cultural

Para nuestro último día completo en Lisboa teníamos previstas varias visitas sueltas en distintos puntos de la ciudad. Nuestra primera parada era la Praça de Espanha, a la que llegamos en metro porque, aunque no está situada muy retirada de nuestro hotel, el día despertó caluroso y así lo aconsejaba. La plaza de España tiene, en mi opinión, poco encanto, tan sólo un arco en mitad de una plaza rodeada de amplias avenidas. Muy cerca de ella está el Museu Calouste Gulbenkian, que debe ser visita obligada e imprescindible para todo el que visite Lisboa.

El Museo tiene una muy amplia colección que incluye principalmente arte oriental, clásico y europeo, con conmovedoras esculturas y pinturas de Rubens, Rembrandt, Frans Hals, Manet, Renoir, Degas... y un largo etcétera. Sólo vimos la exposición permanente, que era la que captó nuestro interés, y no nos defraudó. Salimos encantados de nuestra elección.

Desde el museo fuimos en busca de algunos regalos para nuestros niños, que tan despreocupadamente habíamos dejado casi para el final. Una vez terminadas las compras, fuimos al hotel a dejarlas, y decidimos almorzar en horario portugués (una hora antes), en una pizzería camino de la Plaza Marqués de Pombal, desde donde tendría su inicio el autobús turístico que recorre la ciudad. Así que después del almuerzo compramos los billetes, subimos a la parte de arriba del autobús de dos plantas, nos colocamos los auriculares, y revisitamos la ciudad comprobando que había pocas cosas de las que veíamos, desde tan cómoda posición, que no la hubiésemos pateado durante los días anteriores.

Nos bajamos del autobús en la parada de la Praça da Estrela, junto a la Basílica da Estrela, de imponente y nívea fachada. Una vez dentro de la enorme iglesia, nos detuvimos, sentados, para leer la descripción del interior del edificio, que viene ampliamente detallada en nuestra guía, así como su resumen histórico, al mismo tiempo que disfrutábamos de un descanso, fresco y sombreado, para continuar, después, con nuestro itinerario.

A la salida de la Basílica visitamos brevemente el frondoso Jardín da Estrela, justo antes de volver al autobús, subir de nuevo a la segunda planta, de camino hacia Belém. Una vez en Belém, nuestra siguiente visita fue el Museu dos Coches, o Museo Nacional de Carruajes, donde nos acordamos de nuestro cuñado Chiqui, gran aficionado al mundo del caballo y los carruajes. Particularmente no soy un gran aficionado a los carruajes y lo que más llamó mi distraída atención fue el grandioso edificio donde se ubica el Museo.

Antes de abandonar Belém, no dejamos pasar la oportunidad de tomarnos otros exquisitos pastéis de Belém en nuestra pastelería favorita de Lisboa, aunque previamente compré un pequeño pastel para el camino al que ya había echado el ojo -no al camino, sino al pastel- en nuestra anterior visita a Belém. Pastel de cerveza, rezaba el cartel en la puerta del establecimiento, y claro, con semejante publicidad no pude pasar de largo, por segunda vez, sin probarlo.

Volvimos al autobús turístico que nos llevaría de vuelta a Lisboa, disfrutando de las vistas en el recorrido hasta llegar, de nuevo, a la Plaza Marqués de Pombal, donde nos apeamos y regresamos al hotel para darnos una ducha rápida y arreglarnos para la reserva que realizamos, la tarde anterior, para cenar en un restaurante de fados.

Sin darnos cuenta nos presentamos cerca del hotel con una hora de antelación, por lo que decidimos deambular pateando por los alrededores de Chiado, donde estaba situado el restaurante de nuestra reserva. Volvimos a fotografiarnos frente la cafetería A Brasileira, junto a la escultura de Pessoa, cercana a la Plaza de Luis de Camoes, pero esta vez vestidos de bonito.

El restaurante resultó algo caro pero de mucha calidad y excelente servicio, además de bonito, aunque teniendo en cuenta que en el precio incluía la actuación de al menos tres fadistas, ya no me lo pareció tanto. Digo al menos, porque nosotros una vez que terminó la actuación del tercer fadista abandonamos el restaurante, debido a que en ese momento ya estábamos verdaderamente cansados, y se nos fueron cerrando los párpados progresivamente hasta llegar al hotel.