sábado, 26 de noviembre de 2016

Me encanta el invierno, a pesar de todo

Estos días las temperaturas están bajando considerablemente, y aunque sé que aquí donde vivo, en el sur de la península, el clima es bastante más benigno que en el resto de España y por supuesto también mucho más que casi en el resto de Europa, la realidad es que caminando a la intemperie me veo obligado a resguardar las manos en los bolsillo a la vez que aligerar el paso.

Es cierto que el verano es más cómodo. Una camiseta, unas bermudas y listo. El invierno por poco crudo que sea te obliga a camisa y a jersey, y a un chaquetón si se sale, y calcetines y si me apuran bufanda y guantes, sin olvidar el paraguas. Es más incómodo pero a mi juicio es mucho más elegante.

Mi santa señora lleva varios fines de semanas realizando el cambio de temporada de vestuario. Guardar toda la ropa de verano que ya no nos vamos a poner y sacar la que vamos necesitando. En mi caso además hay que lavarla toda justo nada más sacarla pues como soy alérgico al polvo y en cuanto me pongo una prenda guardada comienzo a estornudar sin parar y comienzan las consiguientes dos semana de mocos y pañuelos. Gracias a Dios, ya digo, mi santa me ahorra cada año una buena dosis de narices rojas.

Quitando esos pocos inconvenientes, y alguno más, me encanta el invierno.

jueves, 3 de noviembre de 2016

Sin tiempo

Últimamente apenas escribo y apenas leo. Puede que no lo crean pero no dispongo casi de tiempo, y cuando lo tengo, prefiero hacer otras cosas. Escuchar música, ver una película, o una serie, o un concierto.  Las actividades de los niños, los líos de la casa, hacer la compra, todo lleva su tiempo. Y al final del día estoy tan agotado la mayoría de las veces que prefiero sentarme en el sofá y dejarme llevar.

Además desde que mi hermano y mi cuñada me regalaron una guitarra eléctrica (una guitarraza Gibson Les Paul) no paro de arrancarle sonidos chirriantes cada vez que puedo. Muchas, muchas, muchas gracias. Es un mundo prácticamente nuevo para mí. Hay un millón de cosas que desconozco de la guitarra eléctrica. Poco a poco, voy aprendiendo a poner el oído donde me conviene, me equivoco y corrijo, uno o dos pasos atrás para avanzar medio.

Las posibilidades de hoy en día son inmensas. Cientos de aplicaciones para el móvil, miles de profesores en YouTube, páginas webs  a millones. Aprender no es algo tan solitario ahora. La informática y en especial las redes sociales e Internet han abierto un mundo de posibilidades. Pienso en un bosque infinito, en el que me encuentro justo en el medio, sin brújula ni Lazarillo. Apenas una luz tenue y muchas ganas de caminar. Seguro que hallo la salida. Esperen y verán.

Por lo pronto me he pillado un amplificador Fender, lo que no conjunta nada mal con una Gibson Les Paul.