jueves, 31 de enero de 2013

No me gusta

No me gusta el cariz que está tomando la actualidad futbolística del Málaga en este mercadeo de invierno. No me gusta que vendan a Monreal, el mejor lateral que tenemos, en mi opinión el mejor lateral izquierdo de España y posiblemente de Europa (yo al menos no he visto otro mejor). No me gusta que vendan a jugadores en propiedad y traigan jugadores cedidos. No me gusta que todo se haga a última hora, como con prisas, improvisando. No me gusta que se vaya el, hasta el momento, único internacional absoluto español que tenemos en la plantilla, y que en su lugar, sustituyéndolo, nos traigan a una promesa portuguesa o chilena. Lo siento, no me gusta.

Tampoco me gusta que se vaya Buonanotte justo cuando parecía que se había adaptado por fin a la Liga española, ahora precisamente que daba la sensación de que estaba en su mejor momento. No me gusta.

Pero sin duda, de entre todo lo que no me gusta, lo que más me fastidia es esta decepcionante sensación de que este proyecto, este ilusionante proyecto, esta temporada de Champions League, estos olés de los fines de semana, este saber hacer de Don Manuel Pellegrini, este estilo de juego, este continuo estado de euforia en la ciudad, este orgullo malagueño, todo el conjunto de cosas que ha conseguido convertir en realidad nuestros sueños deportivos, lastimosamente, se está viniendo abajo como un castillo de naipes.

Aunque pensándolo bien, lo peor quizás es que me lo temía. Casi podría decir que lo estaba esperando. Una pena.

miércoles, 30 de enero de 2013

Exámenes tipo test

Hoy me he cruzado con esta pregunta tipo test que sinceramente me ha hecho mucha gracia, así que por si les ocurre lo mismo, he decidido compartirla con ustedes.

¿Es falso que es verdad que se puede NO ser un cabrón con las preguntas tipo test?

a) Verdad, es falso.
b) Falso, es verdad.
c) Todo es falso.

Después de leer la pregunta cinco veces no he sacado nada en claro, pero una vez que he leído las respuestas me temo que no entiendo ni mi propia lengua.

lunes, 28 de enero de 2013

El suicidio in/oportuno

Anoche, justo después de ver el partido del Málaga (para los despistados les diré que el Málaga ganó a domicilio por 2 a 3 al Mallorca) y comprobar que el Málaga CF, varias semanas después, había vuelto a ocupar puestos Champions, lo cual no es definitivo, lo sé, pero sí indicativo de que se están haciendo las cosas bien, al menos en lo que a la plantilla y al cuerpo técnico se refiere, y también que durante esta semana no dependemos de terceros equipos, decidí pulsar el canal número 3 del Canal Plus, que es ese canal que va con media hora de retraso con respecto a lo que se emite en el canal primero, de manera que pude ver la última media hora del Athletic de Bilbao - Atletic de Madrid. En cuanto terminó dicho partido le dije a mi mujer, que estaba a mi lado, si quería que pusiese algún canal y en ese justo momento la tele se apagó, en escasos dos o tres segundos se volvió a encender, para instantes después apagarse y en un momento volver a encenderse de nuevo. Lo primero que pensé es que me había sentado sobre el mando o algo por el estilo, pero el mando estaba descansando establemente sobre la mesa. No entendí nada hasta que finalmente en una especie de bufido eléctrico la tele se suicidó. Puf. Sayonara baby.

En seguida me vino a la mente el proverbio que dice que a perro flaco todo son pulgas, pero al momento caí en la cuenta de que la tele tuvo el detallazo de abandonar su estática existencia después del partido que llevaba esperando todo el fin de semana, y pensándolo bien, siendo un cacharro tecnológico, no hay mejor fecha para largarse de este mundo que en enero, que es cuando están las mejores ofertas en electrónica del año, y si encima se lleva a cabo después de un partido como el de ayer pues... gracias por el servicio y que te vaya bonito.

Como no hay mal que por bien no venga, ya le tengo echado el ojo a lo que ahora llaman una televisión de última generación, o sea, una Smart TV, que son unas televisiones que tienen conexión HDMI, sea lo que sea que signifique, medidas de modelo, estilizado diseño, posibilidad de acceso a Internet, tropecientos hercios, alta definición y que según me aseguran podrá introducirme en nuevo universo de entretenimiento y mucho más, que digo yo que hay que tener mucha imaginación solamente para sospechar qué puede ser eso de "mucho más". Vamos que estoy temiendo el libraco de instrucciones de uso que debe traer.

En fin, que a rey muerto, rey puesto.

PD: Ah, me dicen que sería conveniente que me comprase unas gafas para poder ver, por ejemplo, a Scarlet Johansson en 3D. ¿Cuánto ha dicho que valen las gafas?

domingo, 27 de enero de 2013

Un beso de amigo - Juan Madrid

Compré la novela de Juan Madrid, Un beso de amigo, porque leí el primer párrafo y me gustó. El primer párrafo dice así:

"He conocido épocas malas en mi vida, pero como la que estaba pasando al final de aquel verano no recuerdo ninguna. Ejecutivas Draper, una agencia dedicada al cobro de impagados, llevaba tres meses sin darme trabajo, y yo no cobraba el paro ni tenía seguridad social. Y, lo que es peor, tampoco tenía posibilidades de encontrar otro trabajo."

Lo compré en el rastro y el precio fue simbólico (un euro o cincuenta céntimos, no lo recuerdo), también me agradó que fuera una edición manejable y en buen estado, y además la primera de una serie de novelas. Una saga detectivesca que retrataba los desencantados y lúcidos años de la transición en Madrid. No tuve que pensarlo mucho. Más tarde, al llegar a casa, lo abandoné entre otros libros, hasta que hace unos meses lo rescaté y me lo eché al bolsillo para comenzarlo un día que tenía que pasar en el hospital.

Entre maleteros y guanteras de coches, mesitas de hospital, días de lluvia, bolsas de plástico y malas noticias he ido, muy poco a poco, avanzando en el libro, hasta la semana pasada cuando lo acabé.

Es un libro entretenido, con personajes bien descritos en pocas palabras, diálogos directos como ganchos a la mandíbula, donde el protagonista, Antonio Carpintero, alias Toni Romano, vagabundea por los bajos fondos de un Madrid de cuadriláteros, piscinas de chalets de las afueras y garajes solitarios con un fuerte olor a humo de tabaco.

viernes, 25 de enero de 2013

Antes de comenzar

Hace la tira de años, cuando aún era un joven insensato y diabólicamente alocado, en los veranos de mi juventud, solía ganarme la vida en lo que yo entendía como trabajos agradecidos. Por las mañanas me ganaba el jornal como socorrista en una piscina y por las noches pinchaba discos en un bar, donde tenía copas gratis y, además, disfrutaba, desde la altura de la cabina, de las mejores perspectivas de los escotes de las chicas. Aquello ya era suficiente para codiciar el empleo, pero además me pagaban.

Pero a lo que iba, que se me va la patata. Durante muchos de aquellos días, nada más entrar en el bar, con las puertas aún cerradas, minutos antes de comenzar la jornada, mi rutina habitual era prepararme un buen whisky con seven-up, bien servido, como sólo uno sabe preparárselo.

Una vez la copa en la mano subía a la cabina, vaciaba el cenicero de colillas de la noche anterior, encendía el primer Marlboro del día (porque yo era un fumador netamente nocturno) y buscaba un vinilo con el que iniciar la jornada. Durante muchos de aquellos días, en la soledad de un bar aún a oscuras, antes incluso de abrir las ventanas que airearan el cargado olor a tabaco de la noche anterior, comenzaba la jornada con esta canción de tan rebelde recuerdo.


Dance little sister - Terence Trent D'arby

jueves, 24 de enero de 2013

Mi primera tortilla de patatas

El fin de semana pasado le pedí a mi señora con mi mejor sonrisa que me hiciese una tortilla de patatas; por razones que no vienen al caso los días anteriores había estado babeando delante de una gran cantidad de tortillas de patatas, pero ella, que estaba muy liada limpiando la casa, me contestó que ya tenía planteada la comida de ese día y que no iba a ser posible porque no tenía tiempo.

Me llevé una gran decepción porque -aparte de que soy un gran aficionado a la tortilla de patatas, especialmente de aquella que lleva cebolla entre sus ingredientes- la tortilla de patatas de mi señora es, de todas las tortillas de patatas que he probado en mi vida, mi favorita. No lo digo por cumplir, lo digo en serio, una tortilla de patatas de mi señora en la cocina es la mayor de las tentaciones que puedo encontrar.

Tantas eran mis ganas de comer tortilla de patatas que decidí remangarme y ponerme manos a la obra. Decidí que había llegado el momento de cocinar mi primera tortilla de patatas, mi propia tortilla de patatas. Le pregunté si al menos podría asesorarme y a esa petición sí me dio el visto bueno, de manera que tres cuarto de hora más tarde hice esta foto:


No es por ponerme medallas pero me salió rica, rica, rica. Para chuparse los dedos.

lunes, 21 de enero de 2013

El factor grotesco

Hace un par de semanas quedé con mi amigo Miguel en Málaga, con la intención de visitar la exposición temporal que exhibían en el Museo Picasso de Málaga. De la exposición, El factor grotesco, no habíamos escuchado absolutamente nada hasta pocos días antes. ¿Estamos poco informados nosotros, o es que había poca información al respecto?

La exposición (creo que escribo por los dos) nos agradó. Reúne obras de artistas de los últimos quinientos años, desde Leonardo da Vinci, pasando por Goya, José de Ribera, Dalí, René Magritte, Man Ray, Paul Klee, Picasso hasta Francis Bacon o Roy Lichtenstein, por nombrar solamente los más sobresalientes. Una lista bastante completa como pueden comprobar.

Asistí a la exposición más por curiosidad que por expectativas creadas, más por hacer algo distinto que por interés cultural, pero les engañaría si no dijese que disfruté mucho en la exposición y que recomiendo a todos visitarla. Quedé muy satisfecho con muchas de las obras expuestas, mucho más de lo que esperaba y también quedé sorprendido, como cuando comprobé que incluía una obra de Francis Bacon que siempre quise ver, bueno, en realidad la que siempre quise ver -y estuve a punto de hacerlo, pero finalmente no lo hice- era el retrato de Velázquez del papa Inocencio X. El cuadro que está en la exposición es un estudio para un retrato de papa de Francis Bacon, basada en la obra de Velázquez. No es que me entusiasme el cuadro pero sí que me agradó la curiosa conexión. ¿Será premonitoria?

La exposición está llena de sorpresas que merecen ser descubiertas, anímense que todavía hay tiempo. En esta ocasión les aviso con un periodo razonable para visitarla. Finaliza el 10 de febrero próximo. No hay que correr pero tampoco se duerman.

domingo, 20 de enero de 2013

Lo haré más tarde

Hoy es domingo. Y como un domingo normal me he despertado antes que el resto de la familia. He dado vuelta y vuelta en la cama cual croqueta  hasta que decidí alargar el brazo y coger el ipad. Pulsé el botón de encendido y me enteré de que el mundo seguía ahí, detrás de la puerta de casa, con los mismos problemas y las mismas tonterías. Me estiré y bebí lo poco de agua que le quedaba al botellín que tengo en la mesilla de noche.

Abrí la librería del ipad. Me entretuve un rato para "pasar la primera página" pues no tenía claro si prefería viajar en un bergantín en busca de un tesoro en el siglo XVI, o bien meterme en la fría piel de un espía en la Unión Soviética durante la guerra fría, o ser un escurridizo ladrón de cuadros del siglo pasado o quizás conocer las Cosas Transparentes de Nabokov. No tenía nada claro. Cualquier elección me apetecía, pero dudé tanto que decidí levantarme y salir a tomar un café con churros a una cafetería. Casi sin darme cuenta, sorbo a sorbo, disfrutando del café, conseguí disolverme aburridamente en la realidad de la vida cotidiana.

Mi señora me llamó por teléfono para decirme que ya estaban todos en pie en casa, de manera que regresé con churros y chocolate para todos. Minutos más tarde los acompañaba mirando mientras ellos desayunaban y después me senté delante de esta misma pantalla para escribir algo a pesar de que no se me ocurría nada, así que decidí hacerlo después, ahora voy a hacer la cama, pensé, pero de camino al dormitorio recordé que le prometí a mi hijo ponerle pilas en uno de sus juguetes, así que fui a por las pilas que están en el mueble de la entrada, las cogí y fui a por las tijeras, que casualmente no estaban en el cajón, probablemente estarían dentro del lavavajillas, pero recordé que tenemos otras tijeras junto al ordenador, fui a por éstas; junto a las tijeras estaba el móvil que tenía que poner a cargar y no debía olvidarlo, por lo que me esforcé en hacerlo en ese mismo momento. Conecté el iphone y esperé mirando la pantalla a que comenzara a sincronizar. Miré la hora y comprobé que ya era buena hora para poner música. Fui hacia la estantería de los cd's y me situé delante de ella ¿qué elegir? entonces caí en la cuenta de que ya tenía idea para esta entrada, de hecho ya tenía la entrada hecha. ¿La escribo ahora o la hago después?


Pd: evidentemente lo hice después, antes fuimos al cine.

sábado, 19 de enero de 2013

Flaming June - Frederick Leighton


Supongo que la primera vez que vi una representación de este fabuloso cuadro, pintado en 1895 por la sensible mano de Frederick Leighton (1830-1896), fue en la portada del disco de Malcolm McLaren, Waltz Darling, de 1989, pero no fue entonces cuando supe sobre Frederic Leighton, sino mucho después.

Flaming June (Sol ardiente de Junio), que así se titula el cuadro, siempre ha sido una de las pinturas que he deseado ver en vivo. Desperdicié una magnífica oportunidad en 2008, cuando el cuadro estuvo expuesto temporalmente en Madrid, en El Prado, pero me fue imposible realizar una escapada para admirarlo. Ahora el cuadro está en lo que es su residencia habitual, en el Museo de Arte de Ponce, en Puerto Rico, donde me va a resultar mucho más complicado hacer posible el deseo.

Flaming June es una de las obras más conocidas del arte victoriano tardío y es probablemente una de esas muchas obras que son más conocidas que sus propios artistas. En ella está representado el sueño, el descanso de una figura clásica, el reposo profundo y sereno de una joven con las facciones similares a la de una deidad griega. Una pintura romántica, soñadora y sensual. En mi opinión es un cuadro bello, quizás hasta empalagosamente bello. La idílica representación, los vaporosos pliegues del vestido de la mujer, el sutil sombreado de la elegante gasa, la divina sensibilidad que exuda el óleo, perfectamente cuadrado de dimensiones (120x120cm), con su intenso colorido increíblemente vivo, hacen que sea un cuadro en parte cursi.

Leighton, para aumentar la plasticidad del cuadro, para intensificar la sensación de languidez, de somnolencia, de ensueño, decide acertadamente, para incrementar el contraste, rodear la quietud de la figura femenina con la sobriedad de un asiento de mármol, o con la rectitud del horizonte y así exagerar, por comparación, el movimiento sinuoso del vestido. Además pinta la caída del vestido, cual catarata de agua, sobresaliendo de la dimensión del cuadro, sobre la superficie recta del asiento, resaltando la movilidad y el volumen de la obra.

En la parte superior derecha del cuadro está representada una rama de una planta venenosa, una adelfa, simbolizando la frágil relación entre el sueño y la muerte, aportando una pincelada dramática al cuadro, evocando, tal vez a sí mismo, que, incluso cuando la vida parece estar en su más completo y radiante presente, sigue siendo esencialmente frágil. 

También es interesante reseñar que el Sol, protagonista indirecto del título, también lo es del cuadro, porque aunque no aparece directamente representado, sí aparece su reflejo sobre la superficie del mar, su brillo, y también puede deducirse, por el tipo de vestido y por el sonrojo en la mejilla de la joven, que el calor cubre la escena. Por otro lado puede sospecharse que la anaranjada vestimenta es una representación del fuego, del Sol en definitiva.

El cuadro se ideó como un adorno para el baño y se sabe que la posición de la mujer dormida provocó un gran número de problemas a Leighton. De hecho, existen varios bocetos preliminares para determinar la posición posible del descanso. Leighton tuvo ciertas dificultades para conseguir que el ángulo del brazo derecho de la joven tuviera un aspecto natural.

Flaming June fue una de las últimas obras de Frederick Leighton, que falleció al año siguiente. En definitiva Flaming June es un cuadro bello, romántico, que inspira relajación, en el que se desprende un erotismo suave, casi etéreo, exquisitamente sensible y está pintado, siempre en mi opinión, con gran precisión y sentido.

Breve Resumen biográfico

Frederick Lord Leighton (1830-1896) nació en Scarborough, descendiente de una familia acomodada (su abuelo había sido el médico principal de la familia real rusa en San Petersburgo). Desde temprana edad evidenció su deseo de ser pintor y su familia le permitió llevar a cabo sus estudios y le proporcionó la manutención. Su madre, que sufría de mala salud y no le agradaba el clima británico, se las apañó para viajar mucho por Europa y por el Norte de África en busca de mejores climas, llevando a Frederick con ella. Leighton la acompañaría desde niño y aprendió el placer de viajar además de aprender idiomas, pues hablaba francés, alemán, italiano, español y rumano, además de inglés, su lengua materna.

Su formación artística tuvo lugar netamente en Europa y como resultado, durante su vida, los críticos británicos cuestionaron su identidad británica, concluyendo que debía tener sangre extranjera. Comenzó sus estudios en la Escuela de Arte de Berlín a la edad de doce años y continuó sus estudios en Frankfurt y seguidamente en la Academia de Bellas Artes de Florencia. Regresó a Frankfurt y allí pintó escenas de las leyendas alemanas e incrementó su interés por los temas mitológicos, gusto que permanecería en su obra en el futuro. En 1848, huyendo de la Revolución Alemana, los Leightons se trasladaron a Bruselas y París, aunque regresaron a Frankfurt al año siguiente. Leighton no se quedó por mucho tiempo en la ciudad alemana y volvió a Londres desde donde inició una serie de viajes a través de Italia  para finalmente establecerse en Roma.

Se especializó en temas donde la belleza física y el estado de ánimo y el color prevalecen sobre el tema. Sintió admiración por los clásicos, especialmente  por Miguel Ángel. A la edad de 26 años realizó su primera exposición en Londres, a pesar de que su estudio estaba establecido en París. 

Su reputación fue creciendo poco a poco, sobre todo después de que se mudara a Londres en 1859, aunque siempre mantuvo su espíritu viajero. En la década de 1860 estaba ganando 4.000 libras al año en momentos en que los ingresos anuales de un trabajador era de unas 30 libras al año. Se consagró y sus pinturas se vendían por  miles de libras. Se convirtió en socio de la Royal Academy en 1864 y en 1878 fue presidente.

Frederick Leighton, para los que no lo conozcan -y en parte esta entrada del blog está dirigida a ellos- era un grandísimo artista que nos dejó magníficos cuadros. Hagan el favor de disfrutar de ellos. 

Esta fotografía de su estudio, realizada poco después de su muerte, muestra algunas de sus últimas obras, la mayoría de ellas no fueron vendidas, entre ellas se incluye Flaming June.


viernes, 18 de enero de 2013

El azucarillo

Ayer por la mañana, en el envoltorio de un azucarillo para el café, leí lo siguiente:

Había una vez cuatro individuos llamados Todo el Mundo, Alguien, Nadie y Cualquiera. Siempre que había un trabajo que hacer, Todo el Mundo estaba seguro de que Alguien lo haría. Cualquiera podría haberlo hecho, pero Nadie lo hizo. Cuando Nadie lo hizo, Alguien se puso nervioso porque Todo el Mundo tenía el deber de hacerlo. Al final, Todo el Mundo culpó a Alguien cuando Nadie hizo que lo que Cualquiera podría haber hecho.

Ésta es la historia de una gran verdad. Historias de a diario. Hechos y no sólo palabras.

jueves, 17 de enero de 2013

Una Heineken

La entrada de hoy es una de esas entradas que uno escribe porque sí, porque en realidad no tiene mucho sentido, ya que ¿quién no ha probado alguna vez una Heineken? Ya, ya sé que hay muchas personas -bueno no tantas- que no toman nunca una cerveza, pero ese reducido y peculiar grupo no cuenta porque como no toman cervezas estas entradas las saltan ya que lo que se dice en ellas les importa un pimiento. Lo entiendo, es lógico, entre otras cosas porque la entrada tampoco va dirigida a ellos. Estas entradas son para los amantes de las cervezas.

La Heineken es probablemente la cerveza de importación que más he bebido en mi vida. En realidad la palabra importación creo que está mal utilizada, quizás debería decir cerveza no española. Es igual. El asunto es que la he bebido mucho, tanto que casi podría acertar la marca en una degustación con los ojos tapados. Pero reconozco que nunca hice la prueba y puede que quizás exagere.

En cualquier caso es una cerveza que ha descansado muchas veces en mi frigorífico (aunque nunca mucho tiempo) y no sabría explicar bien la razón pero confieso que es una cerveza que me gusta mucho para acompañar a una comida italiana. Cuando voy a una pizzería suelo pedir una cerveza italiana si tienen, y si no, una Heineken. Así de caprichoso soy yo.

miércoles, 16 de enero de 2013

Llamando a la puerta


Durante los primeros suspiros del día, cuando el cielo está cubierto de nubes, el sol suele estirar su cálidos brazos anticipando su llegada, como quien llama a la puerta de manera tímida antes de entrar, antes siquiera de girar la esquina, instantes antes de descansar en el horizonte de nuestra mirada. Uno de mis momentos preferidos del día.

La foto la realicé esta misma mañana, a las 8:24 de la mañana, en Málaga, desde la terraza de la primera planta del edificio López de Peñalver. Espero les abrigue.

martes, 15 de enero de 2013

Cuentos irradiados - Luis Foronda

Supe de Luis Foronda el mismo día que lo conocí. Era el entusiasta guía de una visita turística que realicé por Úbeda el pasado mes de octubre. La visita guiada fue un regalo de mi amigo Miguel, que, tan aficionado como yo a la lectura -si no más-, y conocedor -y en parte también motivador- de mi admiración por Muñoz Molina, decidió hacer dos reservas -una para él y otra para mí- para realizar una ruta literaria por Úbeda, una ruta por la Úbeda de Muñoz Molina, o para ser exactos, una ruta por la Mágina de su obra.

Luis Foronda se presentó al iniciar el recorrido y desde sus propias palabras pudimos comprobar que era un hombre tan enamorado a la lectura como nosotros. Saber que compartes con alguien el gusto por la lectura es saber que compartes con alguien mucho más que un gusto o una inclinación. Compartes aventuras, viajes, amores y desamores, muertes, traiciones, risas, asesinatos... en definitiva, sabes que compartes una buena parte de tu vida.

La ruta fue un placer y recomiendo a todo el mundo que visite Úbeda realizarla, incluso a todos aquellos que no conocen la obra de Muñoz Molina, ya que durante el recorrido de la visita no sólo aparecen personajes o plazas que aparecen en la obra del autor, sino que además también se hace un repaso histórico muy ilustrativo de los edificios que nos vamos cruzando por el camino. En cualquier caso nunca está de más acercarse a la obra del autor de novelas como El jinete polaco, Sefarad o Plenilunio.

Al finalizar nos despedimos de Luis Foronda y su acompañante -creo que era su mujer- con un apretón de manos, y le hicimos llegar nuestra satisfacción con la visita y les deseamos los mejores deseos para el futuro.

De regreso hacia el lugar donde habíamos quedado con nuestras esposas e hijos, Miguel y yo coincidimos en que podría ser interesante escuchar algunos de los programas de radio en los que Luis Foronda participaba, y también leer alguno de aquellos cuentos radiofónicos que se presentaban en el programa de radio.

El día cinco de enero, como anticipo a los Reyes Magos, Miguel se presentó con este libro como regalo para mí. A pesar de que, en principio, no caí en la cuenta de quién era el autor, y no lo hice hasta que eché un vistazo al prólogo -¡vaya cabeza la mía!-, me hizo mucha ilusión.

Hace unos días terminé de leerlo y no les miento si les digo que me ha encantado y que es uno de esos libros que uno sabe que, si la vida le respeta un tiempo, lo volverá a leer.

jueves, 10 de enero de 2013

Casi sobrenatural

Hay canciones que te hacen sentir vivo, ya lo he comentado alguna vez en este blog, pero existen otras, como la que me trae hoy aquí, que además de vivos nos hace sentir en paz con el mundo, aunque cueste imaginarlo, porque la música tiene esa capacidad para dar sentido a cosas que no la tienen, es algo inexplicable, casi sobrenatural, milagroso.

Todos -o eso creo- hemos sentido sensaciones que difícilmente podamos expresar con palabras, pero, sin embargo, con la música hemos sabido dar rienda suelta. Porque la música, en mi opinión, está un paso por encima de las palabras, a otro nivel más alto. No tiene edad, ni sexo, ni color. Ni siquiera se puede decir que sea algo humano, pues los animales también son capaces de sentirlo. Es como un idioma común para todos. Un sentimiento global.

El Canon en D Mayor de Johann Pachelbel es un buen ejemplo de eso que les digo de que no se puede explicar con palabras y de que te hacen sentir en paz con el mundo... vale, ya me callo. Que lo disfruten.



martes, 8 de enero de 2013

Marilyn Monroe 2

Cuando el que escribe este blog siente que le apetece sentarse a ver una fotos, para pasar el tiempo, para vivir el tiempo, simplemente lo que hace es sentarse y ver unas fotos, a veces, incluso, algunas las comparte con ustedes. Ésta es una de las que más me divierten.

 
Marilyn Monroe siempre tendrá un hueco en este blog.

lunes, 7 de enero de 2013

El día después

El día después de Reyes es un día de tránsito, una extensión festiva necesaria para el paso de las vacaciones navideñas a la obligada vuelta a la rutina diaria. Un día en el cual, desde que tengo uso de razón, se desayuna con los restos del roscón de Reyes -ya sin sorpresas en su interior-, un día soñoliento en el que se comienza a buscar sitio a los regalos, se reemplazan los objetos viejos por los nuevos, se almuerza también con las sobras del día anterior, incluso se apuran los culos de las botellas, se termina de completar el lavavajillas y la normalidad comienza a enjuagarse y hacerse dueña de la cotidianidad.

Los cartones, los envoltorios de los regalos, los plásticos, las ignoradas instrucciones de uso, todos los regalos, incluso lo superfluo, lo que fue dejado por cualquier sitio, comienza en ese día de después a encontrar su lugar, ya sea dentro del contenedor de reciclaje, sobre la estantería junto con los otros libros, entre los cajones, o en el cuarto de baño detrás de los otros perfumes, porque la cuesta de enero es siempre un tiempo de esforzado régimen cuesta arriba pero también de depuración intensamente perfumada.

Pasar el día de Reyes es correr las cortinas a la Navidad, dejar atrás los días en los que el turrón y los mazapanes estaban incluidos en el menú diario. El árbol y sus adornos, las estrellas de la copa, la guirnalda de la puerta, el Belén, con su mula y su buey -a pesar de Ratzinger-, las velas, todo vuelve a su lugar original, al trastero de los recuerdos.

Todo debería ser así de sencillo. Debería poder ser guardado en cajas, bajado al sótano y  una vez apagada la luz y cerrada la puerta con llave, no perseguirle a uno por las escaleras del presente. Poder arrojar los malos recuerdos al contenedor de las cosas olvidadas sería mi mejor regalo de Navidad.

sábado, 5 de enero de 2013

Estoy bien

Últimamente mucha gente me pregunta que cómo estoy, y yo, cortés y educadamente, les miento y les contesto: estoy bien.

La persona media dice cuatro mentiras al día
o 1460 al año, un total de 87.600 a la edad de 60.
Y la más común mentira es:
estoy bien.

viernes, 4 de enero de 2013

Arte callejero 10

La pintada que publico en este primer mes del 2013 es un consejo, una manera de pensar, un forma de enfrentarse al mundo, a la vida, pero también es una secuencia lógica, imaginativa y simpática como respuesta a una pintada anterior. Leerla me hizo sonreír, que ya es bastante.

- Cuestiónatelo todo
- ¿Por qué?

jueves, 3 de enero de 2013

Perú

Este anuncio lleva a cabo una forma original de presentar una marca: Perú. A mí me ha gustado, espero que les guste también.


Recuerda que la vida es una sucesión de momentos, y que depende de ti cómo los vivas.

miércoles, 2 de enero de 2013

Will rise

Algunas veces las entradas del blog me las dan hechas. Ésta me la envió mi buen amigo Álex.

Incluso la más oscura noche
finalizará y el Sol saldrá.
Los Miserables

martes, 1 de enero de 2013

Consuelo

Sí,
he cometido errores.
La vida no vino con instrucciones.