viernes, 25 de enero de 2013

Antes de comenzar

Hace la tira de años, cuando aún era un joven insensato y diabólicamente alocado, en los veranos de mi juventud, solía ganarme la vida en lo que yo entendía como trabajos agradecidos. Por las mañanas me ganaba el jornal como socorrista en una piscina y por las noches pinchaba discos en un bar, donde tenía copas gratis y, además, disfrutaba, desde la altura de la cabina, de las mejores perspectivas de los escotes de las chicas. Aquello ya era suficiente para codiciar el empleo, pero además me pagaban.

Pero a lo que iba, que se me va la patata. Durante muchos de aquellos días, nada más entrar en el bar, con las puertas aún cerradas, minutos antes de comenzar la jornada, mi rutina habitual era prepararme un buen whisky con seven-up, bien servido, como sólo uno sabe preparárselo.

Una vez la copa en la mano subía a la cabina, vaciaba el cenicero de colillas de la noche anterior, encendía el primer Marlboro del día (porque yo era un fumador netamente nocturno) y buscaba un vinilo con el que iniciar la jornada. Durante muchos de aquellos días, en la soledad de un bar aún a oscuras, antes incluso de abrir las ventanas que airearan el cargado olor a tabaco de la noche anterior, comenzaba la jornada con esta canción de tan rebelde recuerdo.


Dance little sister - Terence Trent D'arby

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