Chesil Beach es la segunda novela de Ian McEwan que he leído -la primera fue Ámsterdam-, y si bien ninguna de las dos novelas me han entusiasmado, sí me han dejado un buen sabor de boca, especialmente ésta, que es la última que ha publicado el autor británico.
Chesil Beach es el nombre de la playa junto a la que está situado el hotel donde Edward y Florence, dos inocentes jóvenes de distinta clase social, pasan su noche de bodas, su primera noche juntos, donde compartirán sus dudas, sus miedos y fobias, consecuencias de una sociedad conservadora, en la que el tema sexual fue siempre un tabú.
Es una novela entretenida y amena, bien escrita, con la que merece la pena pasar un buen rato, como el que yo pasé en el minúsculo avión que me llevara a Lisboa.
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