Ayer hablé con mi hermano, José Miguel, con Alberto y con Mario, en definitiva, con mis compañeros de grada en La Rosaleda, sobre la incomprensible situación agónica del Málaga, nuestro equipo en común. Todos estábamos abatidos y decepcionados. Es algo difícil de entender. De hecho todavía no lo comprendo. No lo entiendo. Todas las ilusiones, todos los proyectos imaginados. El único verano de mi historia deportiva como malaguista en el que pensaba disfrutar, o al menos, no tener sobresaltos ha sido, inverosímilmente, el más cruel y despiadado con mis sentimientos.
1 comentario:
creo que el futbol ha sido demasiado cruel con la afición malaguista. Crear un gran equipo, meterse en Champions, fichar estrellas, un buen entrenador... todo eso para que, tras una temporada buena (encima no magnífica, sólo buena, lo normal habría sido que esta segunda temporada sí debería ser magnífica) se desarme el proyecto. Primero, malvendiendo a Cazorla. ahora, que si Pellegrini se irá, que si más estrellas saldrán por la puerta, que tratarán de recuperar un equipo humilde y barato con jugadores como Recio y Apoño... mala pinta...
Ánimo amigo!!!
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