Habíamos organizado un almuerzo en casa con unos amigos y me tocó a mí encargarme de la compra, algo que verdaderamente me gusta, entre otras cosas porque siempre tengo algo más de libertad presupuestaria y aprovecho para darle algún que otro capricho al paladar. Uno de los antojos que suelen repetirse más en mis compras son -como alguno imaginará- las cervezas.
Como recientemente el Real Madrid había eliminado en semifinales de Champions al Bayern de Munich alemán y nuestros invitados eran madridistas decidí que era un buen momento para tomar una cerveza muniquesa (una Paulaner). Metí cuatro cervezas de medio litro en el carro y me disponía a huir de la zona de las cervezas porque sabía que allí iba a encontrar muchas tentaciones, demasiadas, a pesar de que me encontraba fuerte y tenaz en la idea de resistir, pero sin querer tropecé con una cerveza que superó mi escudo de voluntad e irremediablemente caí en sus redes. La cerveza en cuestión era la cerveza Er boquerón. Escrito así. Atractiva como pocas. Los colores de mi Málaga, y encima, por si no fuese ya suficiente tentación, en la botella podía leerse "cerveza elaborada con agua de mar". Agua, malta de cebada, lúpulo, levadura y agua de mar. Un 4'8% de alcohol y un sabor algo salado, como era de imaginar. Es una cerveza extraña y distinta, cuanto menos curiosa y creo que bien merece ser la cerveza medio centenar que comparto con ustedes.
Como recientemente el Real Madrid había eliminado en semifinales de Champions al Bayern de Munich alemán y nuestros invitados eran madridistas decidí que era un buen momento para tomar una cerveza muniquesa (una Paulaner). Metí cuatro cervezas de medio litro en el carro y me disponía a huir de la zona de las cervezas porque sabía que allí iba a encontrar muchas tentaciones, demasiadas, a pesar de que me encontraba fuerte y tenaz en la idea de resistir, pero sin querer tropecé con una cerveza que superó mi escudo de voluntad e irremediablemente caí en sus redes. La cerveza en cuestión era la cerveza Er boquerón. Escrito así. Atractiva como pocas. Los colores de mi Málaga, y encima, por si no fuese ya suficiente tentación, en la botella podía leerse "cerveza elaborada con agua de mar". Agua, malta de cebada, lúpulo, levadura y agua de mar. Un 4'8% de alcohol y un sabor algo salado, como era de imaginar. Es una cerveza extraña y distinta, cuanto menos curiosa y creo que bien merece ser la cerveza medio centenar que comparto con ustedes.
La foto -aparte de por mi careto- no es de muy buena calidad, pero es que me la hizo mi mujer -que no tiene parkinson aunque le tiemble el pulso- con la cámara del móvil (porque soy un flojo, lo reconozco, y no tenía ganas de levantarme a buscar la cámara de fotos) y claro, la cámara del móvil no da la talla. Ésta es la mejor foto que he podido elegir entre cinco, pero bueno... les pongo una foto que encontré por la red para saciar su curiosidad y para que se les haga la boca agua.
Ya de camino utilizo esta entrada para brindar por el Málaga CF, el equipo boquerón, porque esta temporada, otra más, ha conseguido el objetivo de mantenerse un año más en primera división.
Ya de camino utilizo esta entrada para brindar por el Málaga CF, el equipo boquerón, porque esta temporada, otra más, ha conseguido el objetivo de mantenerse un año más en primera división.
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