Abril puede ser el mes donde la primavera se hace más evidente. Las flores pregonan sus colores y sus olores con orgullo, los pájaros revolotean agitadamente en su ritual de cortejo y las mañanas comienzan a suavizar sus temperaturas con delicadeza. A media mañana las terrazas parecen púlpitos de ofrendas, donde las mujeres muestran el blanquecino y apagado color de su piel, reservado durante el invierno, y ahora comienza a adquirir, primorosamente, un sonrojo que inaugurará una nueva temporada. Bien pensando abril es un mes tremendamente bello.
Marilyn Monroe sabía aprovechar bien la belleza de la naturaleza.
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