Acaban de publicar los números de taquilla del primer semestre de 2011 y resulta que Medianoche en París, la magnífica película de Woody Allen, ha recaudado más de 75 millones de dólares en todo el mundo. Lo que es una cifra altísima, cuanto más teniendo en cuenta que es de Woody Allen. En España la película ha tenido más de un millón de espectadores, rondando los siete millones de euros de recaudación y sólo en los Estados Unidos más de 45 millones de dólares, más que cualquiera de todas sus películas anteriores, muy por encima de los 17 millones de Vicky, Cristina, Barcelona o los 20 de Match Point. Ha supuesto la mejor acogida a una película de director neoyorquino. ¡En toda su carrera!
A mí la película me gustó, y mucho, pero está lejos de parecerme la mejor en la filmografía de Allen, aunque reconozco que tiene unos tres o cuatro minutos iniciales que me parecieron formidables, quizás de los mejores que nunca vi. Una verdadera lástima para todos aquellos que llegaron tarde a la sala. Imperdonable.
Por otro lado Woody Allen está ahora en Roma, la ciudad eterna, un escenario como pocos, grabando el que va a suponer su largometraje 42º. Su título parece ser que va a ser Bop Decameron. Título, supongo, influenciado por el libro de Giovanni Boccaccio, Decameron, del que Pier Paolo Pasolini hizo una versión cinematográfica en 1971, aunque esto es sólo una suposición mía intentando introducirme en la mente maravillosa y literaria de Mr Allen.
El reparto, una vez mas, es excepcional. Ellen Page (una de mis más tiernas flaquezas), Greta Gerwig (que promete y mucho), Penélope Cruz (nada que añadir que no supongan), Alison Pill (que ya apareció en Medianoche en París), Judy Davis (dos veces nominada a los Oscars y quinta película con Allen), Jesse Eisenberg (el actor al que no entendí una palabra en The social network) Alec Baldwin , Roberto Benigni y Woody Allen (por fin).
¿Qué más se le puede pedir a una película? Ardo en deseos de que llegue el día en el que se apaguen las luces en la sala.