Me equivoqué sin querer al cambiar de canal de televisión y caí en las noticias. Un noticiero cualquiera. Nada nuevo me dije, la misma canción deprimente con la misma letra. Unos pocos ganan a costa de machacar a unos muchos. Cambié de canal huyendo de la irrealidad de los días idénticos y tras descartar en cuestión de segundos un buen número de canales, me detuve en uno de esos programas donde salen gente de aquí que se instala por cualquier esquina del mundo. Gente que se busca la vida allá donde puede. Me pregunto si salen a buscar y descubrir su lugar en el mundo o en cambio huyeron de su lugar del mundo intentando hallar algo quizás mejor. Puede que sea más acertado esto segundo que lo primero. Puede.
Apagué la tele por miedo a tropezar con algo más deprimente y decidí que ya puesto a que me cuenten cuentos, lo mejor sería elegir yo mismo a un buen cuentista. Me levanté del sofá hacia la estantería donde tengo colocados mis canales preferidos y pocos minutos después volví con un cuento de Saramago entre las manos. Abrí el canal por la primera página y comencé a disfrutar de El cuento de la isla desconocida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario