Hace unos pocos años cada vez que comenzaban a barajarse los posibles títulos de las cintas nominadas a los Goya o a los Oscars, mi mujer y yo acudíamos al cine para ver las películas candidatas a los distintos premios, para que así, el día en el que se celebrara cualquiera de ambas galas, pudiésemos verlas y opinar con un poco de criterio. Pero en estos últimos años me doy cuenta de que desconozco los títulos de las películas nominadas, o de los actores candidatos o siquiera el día en el que se celebran las galas. No estoy al tanto de nada. Un completo desastre. Y es que eso de arrastrar diariamente de un par de cabezones pesa sobre la disponibilidad del tiempo libre. Ahora nuestro tiempo libre, aparte de verse reducidísimo, se ha limitado a nuestro piso, quiero decir que sólo podemos hacer uso de ese escueto tiempo dentro de nuestro piso. Por supuesto también se ha reducido muchísimo económicamente. Acudir un miércoles al cine, como solíamos hacer entonces por ser el día del espectador y por lo tanto más barato, ahora es prácticamente una tarea imposible. No hablo siquiera de las sesiones golfas.
Este año, de hecho, es el primer año en el que casi no he visto nada de nada. Bueno sí, ahora caigo que vi Blue Jasmine y que el último film de Woody Allen ha colado alguna que otra nominación, pera nada más. Así que que haya suerte y que gane la mejor.
Pd: intentaré ver alguna candidata antes de la gala. A ver si los astros se alinean de tal forma que me permitan ver alguna.
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