Cuando uno vuelca los recuerdos con mayor intensidad hacia aquellas cosas que no hizo por encima de las que sí llevó a cabo, le inunda inevitablemente una sensación de desaprovechamiento, de pérdida de oportunidades, pero en realidad no siempre tendría por qué tener obligatoriamente ese sentido. Uno ha de valorar si lo que se hizo es más conveniente que lo que no se hizo, teniendo en cuenta que no tiene mucho sentido lamentarse por todo aquello que en la vida por distintas circunstancias vamos dejando de lado. Desaprovechar las oportunidades no tiene siempre por qué venir solapada de un sentido negativo, hay multitud de ocasiones en las que la mejor elección es dejarlas pasar, pero inevitablemente los recuerdos de las cosas que no se hicieron llegan asiduamente a la memoria presentados como arrepentimientos. Me ocurre a mí y le ocurre a casi todo el mundo, aunque estoy seguro de que hay muchos (de hecho creo que es una epidemia general) que no se arrepienten de nada de lo que han hecho o no. Hagan lo que hagan, sea lo que sea que hayan hecho o dejado de hacer, sea el resultado satisfactorio o no, lo importante en sus vida es no arrepentirse, e incluso, hay quien afirma que volvería a cometer los mismos errores.
Yo, por poner el ejemplo más directo que conozco, lamento un gran número de oportunidades que pasaron por delante de mi vida, pero, por otro lado, estoy muy contento en general con aquellas decisiones importantes de la vida en las que me tocó intervenir. Es cierto que acumulo un gran número de oportunidades ignoradas, es verdad que no siempre acerté en la elección, y que tengo cosas de las que arrepentirme, pero qué puedo hacer si no que tirar hacia delante y vivir con ello de la mejor manera posible.
La vida no ofrece muy a menudo segundas oportunidades, por ello creo que puede resultar relevante aprender de los errores cometidos, y valorar los aciertos y desaciertos de una forma meditada y responsable. Supongo que todos cambiaríamos esto o aquello (aunque hay mucha gente -repito- que no lo haría, que aseguran que elegirían seguir cometiendo los mismo errores una y otra vez porque ellos no se arrepienten, y, según parece, volverían a hacerlo de nuevo de la misma manera), pero si no hay manera de rectificar o modificar las decisiones tomadas en su día, mi reflexión sería tirar hacia delante, intentando aprender de cada traspiés, de cada bofetada o dirección equivocada, de forma que en la siguiente ocasión, si es posible, no cometiéramos los mismos errores.
2 comentarios:
Robert Frost de nuevo.
1. The Road Not Taken
TWO roads diverged in a yellow wood,
And sorry I could not travel both
And be one traveler, long I stood
And looked down one as far as I could
To where it bent in the undergrowth; 5
Then took the other, as just as fair,
And having perhaps the better claim,
Because it was grassy and wanted wear;
Though as for that the passing there
Had worn them really about the same, 10
And both that morning equally lay
In leaves no step had trodden black.
Oh, I kept the first for another day!
Yet knowing how way leads on to way,
I doubted if I should ever come back. 15
I shall be telling this with a sigh
Somewhere ages and ages hence:
Two roads diverged in a wood, and I—
I took the one less traveled by,
And that has made all the difference. 20
Bonito y apropiado poema de Robert Frost.
...tomé el menos transitado,
y eso ha hecho toda la diferencia.
Publicar un comentario