Dejó dicho Séneca que "no era raro que el azar tuviera tanto poder sobre nosotros, puesto que por azar vivimos", y yo me pregunto: ¿Podría el azar, quizás, tener más poder sobre mí y hacer que me tocara un premio voluminoso en la lotería? ¿No podría el azar por una vez en su vida, o en lo que quiera que sea, guiñarme el ojo y mostrarme su mejor sonrisa en lugar de torcer el gesto, mirar hacia otro lado o ponerme la zancadilla? ¡Vamos digo yo!
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