En uno de los muchísimos artículos llenos de sabiduría y de buen hacer que Antonio Muñoz Molina regala en su blog, recomendaba la lectura de Hiroshima de John Hersey, una crónica periodística de investigación y un clásico de la literatura de guerra. Tomé nota de la recomendación, busqué una edición económica, la encargué y ayer la terminé.
El libro recoge los testimonios de seis supervivientes de la bomba atómica. Comienza en el mismo instante de la explosión, exactamente a las ocho y quince minutos de la mañana, hora japonesa, del 6 de agosto de 1945. Nos cuentan cómo fue y de qué manera se vieron afectadas después de sobrevivir a la explosión.
El libro está escrito de una manera cruda y fría, pero al mismo tiempo real y desnuda. Cuenta lo ocurrido desde el intenso resplandor inicial hasta los posteriores días de desorientada agonía que soportaron los supervivientes, en medio de una ciudad arrasada, cubierta de incendios y de temporales magnéticos, con decenas de miles de personas perdidas, en busca de refugio y alimento, en el vórtice de un enloquecido horror, en una caótica pesadilla, de la que muchos de ellos ni intentaron ni desearon escapar.
Un libro tremendamente desolador que debería ser de obligada lectura.
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