El pasado miércoles volviendo de la consulta del dermatólogo -por una tontería- mi niña comenzó a leer una pintada realizada en una pared, y aunque instantes antes decía que se moría de hambre, su curiosidad, sus ganas de aprender y su capacidad de sorprenderse la hicieron detenerse delante de aquellas palabras. Comenzó a leer pero no entendía bien el significado, entonces intenté explicárselo, pero ya comenzaba a sentir más apetito que curiosidad y además, justo a la vuelta de la esquina, le tenía echado el ojo a una cafetería.
Le hice una foto a la pintada porque pensé que quizás dentro de algún tiempo mi hija puede que visite este blog y escriba con curiosidad en el buscador la palabra "Sofía", de manera que se encontrará con este post y, aunque supongo que entonces no necesitará la explicación, seguro que no le vendrá mal recordar estas palabras. Ni a ella, ni a todos ustedes ni a mí.
1 comentario:
Lo que es una pena es que efectivamente, esa pintada es una realidad, y que sólo depende de unos pocos, que por dinero, nos van a hipotecar el futuro a nosotros, o a nuestros hijos, o a nuestros nietos...
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