domingo, 20 de julio de 2014

15.000

Hoy es un día especial para mí, pero a primera hora de hoy nadie lo sabía, de hecho ni siquiera yo. Fue asomarme al móvil y encontrarme con una aviso de felicitación que yo mismo me programé hace unos cuantos meses. Me explico mejor:

Estaba yo un buen día buscando cualquier tontería por Internet y caí en lo que se llama un contador de fechas, que es algo así como un lugar donde pones dos fechas y te dice cuantos días, o años o segundos hay entre ellos. Entonces se me ocurrió consultar cuanto tiempo llevaba yo en esto de la vida, con la sorpresa de que no me quedaba mucho para cumplir 15000 días. ¡Guau! -pensé-, tengo 41 años y no volveré a cumplir otros 15000 días hasta que llegue a los 82. ¡Eso hay que celebrarlo! Si todo el mundo festejamos el paso de 365 días después de nuestro nacimiento, ¿por qué no puedo celebrar mis 15000 días, si es mucho más especial? Además de porque es mucho más complicado llegar hasta los 15000 días, todavía lo es aún más saber qué fecha es y acordarse, por eso y porque como soy un asiduo usuario de las tecnologías tontorronas decidí que ya que debo ser uno de los pocos que cumple 15.000 días y además es consciente de ello y para más inri cae en domingo, pues no tenía más remedio que celebrarlo a lo grande.

Para empezar he salido con mi santa y los diablos a desayunar a la calle: churros con chocolate. Seguidamente hemos puesto dirección a la playa, donde me he tumbado bajo la sombrilla todo lo corto y ancho que soy a leer una voluminosa novela que me tiene agarrado del flequillo, pero antes de tumbarme reservé mesa en el chiringuito, porque, ya saben, había que celebrarlo. Para empezar un espeto de sardinas  y después una paellita para los cuatro, todo bien regado con cerveza abundante y para terminar un café como a mí me gusta. Pero como dicen que lo correcto es acabar con un sabor dulce, pusimos rumbo a mi heladería favorita y refresqué mi sed con una horchata helada. ¡No hay nada mejor que celebrar con la gente a la que quieres las pequeñas tonterías de la vida!

Bueno, ahora, en cuanto les deje, ya que nadie se ha acordado de mi día especial, creo que voy a regalarme algo por Internet. ¡Ja!

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