martes, 15 de mayo de 2012

El grito - Edvard Munch

Una de las obras que más satisfacciones me han proporcionado a lo largo de la vida es, sin duda, El grito de Edvard Munch, y teniendo en cuenta que nunca he visto en vivo ninguno de sus cuadros, no deja de ser, aparentemente cuanto menos, una afirmación paradójica e incluso estrambótica.

En realidad, mi participación en un concurso por Internet fue lo que me llevó a tomarle cariño al cuadro. El premio eran dos noches gratis en el Hotel Meliá de reciente construcción en Berlín y, además, un descuento de una buena cantidad de euros que ahora mismo no recuerdo, canjeables en vuelos de la compañía Air Berlín a la capital alemana.

Las bases del concurso eran simples: se conectan todos los participantes que lo deseen on line, el programa genera una pregunta relativa a la capital alemana, y el primero que teclee la respuesta correcta, se lleva el viaje. Simple y sencillo. La pregunta fue ¿quién pintó El grito? Mi curiosidad por la pintura y una conexión a internet de banda ancha hicieron posible aquella escapada de mi señora y yo a Berlín.

Aprovecho el momento trending topic en el se encuentra el cuadro, debido al récord de venta en una subasta (91 millones de euros) de uno de los cuatro cuadros que Munch pintó alrededor de El Grito para presentar una obra de arte en este blog. A eso lo llamo yo oportunismo.

Existe una larga relación de sucesos curiosos y llamativos alrededor de la obra de Munch: gran parte de su obra fue confiscada por los nazis, algunos de sus cuadros han sido robados en varias ocasiones, uno de ellos recientemente. También han existido millonarias disputas sobre la herencia de la obra y así un largo etcétera que rellenan un amplio anecdotario de la obra de Munch. Sin embargo a mí, últimamente, desde que parece ser cierto eso de que el comprador mediante subasta millonaria ha sido posiblemente uno de los familiares del Sheikh Al-Thani, Presidente del Málaga CF, cada vez que miro al cuadro de El grito, se me ha metido en la cebolla que quizás Munch pintó premonitoriamente a un malaguista, con su camiseta azul, gritando oé, oé, oé, oé... oé, oé en la celebración de la consecución de la cuarta plaza de la Liga.

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