En una especie de picoteo de series que mi santa y yo estamos llevando a cabo por las noches, al finalizar la segunda temporada de Homeland, iniciamos una serie nueva, o mejor dicho una antigua, Breaking Bad, porque hasta donde sé la serie ya ha finalizado completamente, no sé si en una cuarta o una quinta temporada, y ahora hay por ahí en alguna cadena emitiéndose un spin-off de ella. No he buscado mucho por Internet porque no quiero enterarme de algo que no quiera saber hasta que llegue su debido momento.
Lo cierto es que la primera temporada de Breaking Bad, que hemos visto en versión original con subtítulos en inglés, es estupenda, yo diría genial, y ya estoy deseoso de comenzar la segunda temporada, porque la primera, con tan sólo siete capítulos me ha sabido a bien poco.
La trama es bastante curiosa y original, absolutamente impredecible pero totalmente creíble, lo que la hace más adictiva. Los guiones de los capítulos son magníficos, a ratos sorprendentes, a ratos divertidos e inquietantes. La interpretación es estupenda y los diálogos sensacionales. La puesta en escena de la pareja de actores principales, con caracteres tan directamente contrapuestos, es en ocasiones desconcertante, pero la mezcla en conjunto es completamente explosiva.
Un gran punto a favor de esta serie es que la música que pone fondo a las escenas no pasa desapercibida y, poco a poco, se va introduciendo en nuestra cabeza, hasta el punto de que yo la llevo en el iphone y tengo la sensación de que cuando camino con ella enchufado a los auriculares voy realmente volviéndome malo, así que, por si acaso, ... ¡apártense!.
La trama es bastante curiosa y original, absolutamente impredecible pero totalmente creíble, lo que la hace más adictiva. Los guiones de los capítulos son magníficos, a ratos sorprendentes, a ratos divertidos e inquietantes. La interpretación es estupenda y los diálogos sensacionales. La puesta en escena de la pareja de actores principales, con caracteres tan directamente contrapuestos, es en ocasiones desconcertante, pero la mezcla en conjunto es completamente explosiva.
Un gran punto a favor de esta serie es que la música que pone fondo a las escenas no pasa desapercibida y, poco a poco, se va introduciendo en nuestra cabeza, hasta el punto de que yo la llevo en el iphone y tengo la sensación de que cuando camino con ella enchufado a los auriculares voy realmente volviéndome malo, así que, por si acaso, ... ¡apártense!.
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