lunes, 23 de septiembre de 2013

Esperar que la vida...

Una creencia muy extendida es que a las personas malas la vida acaba por pasarles la factura. Exactamente igual que se cree esto, ocurre en el sentido contrario. Se tiende a pensar que las personas que son buenas, en el más amplio sentido de la palabra, la vida, tarde o temprano, las recompensará, las tratará bien, como si  en esta vida hubiese una especie de justicia poética que al final va poniendo a las personas en su sitio. Y no es que yo discrepe con esta idea, que me parece muy potita e ideal, no, lo que me ocurre es que básicamente no creo en ella, pero no lo hago como un acto insensato de rebeldía ni nada por el estilo, es simplemente que la vida ya me ha ido demostrando, con hechos, la primera y fundamental regla que se ha de aprender para ser medianamente feliz. ¡La vida no es justa!. Y punto. Es así, escueza o no. Mientras antes se acepte mejor, y si no, pues allá ustedes.

Mi amigo Bruce tiene bien claro algunas cosas que os pueden resultar útiles, aquí va una:


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