El diciembre pasado leí el libro Viaje en autobús de Josep Pla y terminé con ganas de seguir viajando con él. Todo parecía indicar que el siguiente billete de mi viaje iba a ser El cuaderno gris que debe andar perdido por entre las estanterías de casa, pero como la vida no deja de sorprenderle a uno, en unas de mis furtivas escapadas al rastro encontré medio de casualidad su Viaje a pie, en una edición no venal de 1979, por cortesía de los Libreros Españoles, pero que aunque estaba algo ajada y maltratada, pregunté por su precio y como la respuesta fue un euro, saqué una moneda del fondo del bolsillo y comencé satisfecho mi viaje con él.
En una terraza a la sombra, de camino de vuelta a casa, acompañado de una cerveza tan fría como la mirada de una mujer fatal, leí la introducción, la invitación al viaje escrita por el propio Pla. Desde entonces, en jornadas cortas y a paso lento, he ido disfrutando por caminos de tierra, retrasando los atardeceres a la llegada.
¿Quién sabe cuándo y cuál será mi próximo viaje con Josep Pla?
No hay comentarios:
Publicar un comentario