Hace unas horas que acabo de terminar de leer mi primer libro del escritor norteamericano Raymond Carver. El libro ha sido Principiantes, un libro que recopila diecisiete de sus relatos.
Raymond Carver está considerado como uno de los mejores cuentistas de la literatura contemporánea y cuando me informé para comprar algún libro suyo, éste me pareció el apropiado, y no me equivoqué.
Raymond Carver está considerado como uno de los mejores cuentistas de la literatura contemporánea y cuando me informé para comprar algún libro suyo, éste me pareció el apropiado, y no me equivoqué.
Como suele ocurrirme casi siempre al iniciar la lectura de un autor sobre el que no he leído nada anteriormente, tiendo a buscarle parecidos o relaciones con otros escritores, y eso que intento evitarlo. Raymond Carver en las primeras páginas comenzó recordándome a Bukowski, por el ambiente solitario que rodea a los protagonistas, por la soledad de sus vidas, por el olor a alcohol destilado en sus conversaciones, pero conforme iba avanzando en la lectura compruebo que Carver se va alejando de Bukowski y se va acercando tímidamente a Hemingway, al Hemingway de los grandes diálogos, el Hemingway de las esperas junto a la ensenada de un río, con caña de pescar en la mano, arropado por la profundidad de la soledad de los corazones vacíos, de vidas ahogadas, al límite. Pero al seguir leyendo, compruebo que Carver también se va despegando de Hemingway hasta que a mediados del libro comprendí que Carver sólo se parece a alguien, al mismo Carver.
El título del libro hace referencia al de un magnífico relato que dice así:
-¿Qué sabemos cualquiera de nosotros del amor? -dijo Herb. Y lo estoy diciendo completamente en serio, si me perdonáis la franqueza. Porque me da la impresión de que, en el amor, no somos más que uno completos principiantes.
Principiantes es la versión original de los diecisiete relatos (esta vez sin
correcciones de ningún tipo) del ya publicado “De qué hablamos cuando
hablamos de amor”. Un libro rebosante de sencillez y limpieza, pero tremendamente complicado y sucio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario