Fui al centro comercial en busca de cualquier cosa, y como iba solo, sin nadie que me persuadiera de lo contrario, me traje cualquier cosa y unas cervezas. Me decanté por una cerveza belga de abadía de doble fermentación, la Affligem double, con un contenido de alcohol de un 6'8 %. Nada exagerado para una cerveza de doble fermentación.
Su color rojizo y su espuma gruesa y tostada le aportan un llamativo y personal aspecto inicial que, a mi juicio, no hace más que mejorar trago a trago. Está presentada en botella de 300 ml, algo más chiquitina de lo habitual, y debido a que mi sed veraniega parece no tener límites, me tuve que echar al cuerpo un par.
En la etiqueta y en relieve sobre el vidrio de la botella viene indicada la fecha de 1074 como fecha fundacional de una larga historia cervecera en la región, en cuyos campos se ha venido recogiendo cosechas de lúpulo para la realización de esta cerveza. Cierto o no, la cerveza está más que rica. Así que les apremio a echarse unos tragos. Ustedes sabrán cómo se cuidan.
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