jueves, 28 de agosto de 2014

Tirar pa' lante

Uno de mis mayores dudas es cómo biengastar el tiempo, es decir, aprovecharlo. Es tanta mi ansiedad por querer hacer cosas que me gustan que después de un tiempo dedicado a pensar qué será aquello que deseo hacer, desgraciadamente una buena porción del tiempo regalado ya se ha esfumado, sin más. Puede que tal vez ese tiempo dedicado a la atención de mis futuros propósitos sea en sí una forma algo extraña de aprovecharlo. No sé. Puede.

Ahora mismo por ejemplo estoy en ello. Tengo por delante un par de horas de inesperada tranquilidad y heme aquí, escuchando buena música a un volumen considerable y volcando mis dudas sobre el teclado, por el simple hecho de que me gusta derramar mis pensamientos sobre el papel. ¿Es la mejor forma que tengo de ocupar este rato de sosegada tranquilidad? Pues no lo sé. Quizás sí, quizás no. ¿Hago bien? ¡Quién sabe! Ver algo interesante en la tele, leer un buen libro, prepararme una cena exquisita... Existen una gama tan amplia de experiencias que me agradan que quizás debido a ello me surgen tantas dudas. Podría yo tener un hobby o una distracción que me atrajese por encima del resto de manera que fuese siempre mi primera elección, pero no es así. Todo depende de mi estado de ánimo -supongo-. A veces deseo mucho una cosa, al día siguiente, o pasado un tiempo, otra distinta.

Mientras escribo al menos sé que voy poco a poco ordenando mis pensamientos, y de alguna forma que no tengo aún controlada voy aclarando mis dudas. A veces me sirve para decidirme y otras veces no, a veces se pasó el tiempo y nada más. En ocasiones pienso que las distintas ocupaciones que me tienen liado todo el tiempo, es en realidad una de las mejores formas que conozco de aprovechar los días, pero al echar el cierre al día, siempre muchas veces me queda en el fondo el amargo sabor de que podía haber hecho otras cosas, menos empujado por las circunstancias y más tirando yo del carro, pero como tengo claro, clarísimo, que el tiempo pasado no va a volver, ni hay posibilidad de recuperarlo, no me queda otra que encogerme de hombros, levantar la cabeza y tirar para delante. Y bien pensado, eso, en definitiva, es lo mejor que uno puede hacer. Tirar pa' lante.


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