El miércoles pasado, junto con un amigo, visité la exposición temporal Paraísos y Paisajes en la Colección Carmen Thyssen. De Brueghel a Gauguin. Una magnífica exposición que presenta un recorrido por la pintura del paisaje de varios siglos de historia. Entre los cuadros que se encuentran en la exposición hay muchos de reconocidísima firma., entre ellos -además de los dos grandes pintores del título de la exposición- se cuelgan lienzos de Pissarro, Renoir, John Singer Sargent, o Edvard Munch, pero el que me tiene sentado hoy delante del ordenador a escribir esta entrada no es ninguno de ellos, sino Maximilien Luce, cuyo cuadro Yonne, la carretera de Vermenton enamoró mis pupilas nada más entrar en la sala en la que se encontraba.
Maximilien Luce era un pintor francés, formado en sus inicios como grabador e ilustrador. Es reconocido mundialmente por su etapa de estilo puntillista, por sus creaciones alrededor del mundo obrero y por sus paisajes, como el que ahora nos ocupa.
Yonne, la carretera de Vermenton fue pintado en 1906 y es una pintura en la que se respira una placidez infinita. En ella aparece una pareja descansando -sentado él y recostada ella- a la sombra de una frondosa arboleda, al borde de un escurridizo camino bajo un cielo representado con gruesos y agitados brochazos que parecen desmentir la apacible serenidad que disfruta la pareja.
El cielo es el primoroso espectáculo que la pareja parece estar admirando, quizás tras sentirse obligados a descasar después de un largo y fatigoso paseo. El cielo es el lúcido contrapunto de la obra, casi una obra maestra por sí mismo. ¡Qué sería de este cuadro sin ese cielo!
La exposición termina hoy, así que si quieren verla deben darse prisa. Perdón. Siento esta premura del aviso, pero es que yo también fui postergando mi visita hasta la última semana. Pero como afirma el dicho, más vale tarde que nunca. En cualquier caso la mayoría de los cuadros se exponen normalmente en el Thyssen de Madrid.
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