Mi santa y yo nos estamos aficionando desde hace un tiempo a que algunas noches, cada vez que se nos hace ya tarde para ver una película, en lugar de comenzar una película sabiendo que quizás la vamos a tener que dejar a medias, hemos decidido ver un episodio de Aída. De manera que cada semana estamos viendo un par de capítulos de la serie.
Hemos encontrado en Aída una vía de escape, mínima e insuficiente pero al menos atenuadora de las malas noticias constantes que rodean el día a día. Un humor crítico, sencillo y en ocasiones cochino y tontorrón, pero que está consiguiendo que últimamente nos vayamos a dormir de buen humor, que no es poco.
La segunda temporada, que es la que acabamos de terminar, consta de 14 capítulos que se emitieron a finales de 2005, pero que todavía hoy siguen reponiendo en alguna cadena. Si quieren evadirse y pasar un buen rato les recomiendo la serie.
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