sábado, 14 de enero de 2012

Amore

Es sábado a mediodía y esta mañana bajo un cielo desacostumbradamente despejado de enero he ido a desayunar a la calle con mi familia, y luego, acompañado por mi pequeño de tres años, mientras mi santa y mi niña se iban de rebajas, hemos hecho una escapada al rastro. A ver si encontraba alguna preciada oportunidad que me alegrara la mañana.

No me puedo quejar. Al final me he hecho con una edición de bolsillo de Plenilunio de Muñoz Molina, la edición de Seix Barral de Sin noticias de Gurb de Eduardo Mendoza y una edición coqueta y en perfecto estado de los Compactos de Anagrama del libro Pnin de Nabokov. Y por todo en conjunto he pagado menos de tres euros. Ya ven que la literatura es barata si se sabe donde comprar y se tiene un poco de suerte.

Así que ahora estoy de buen humor y por eso quiero regalarles una cancioncilla de esas que muchas veces suenan en los puestos del rastro -como esta mañana ha ocurrido- y casi como una tos pegajosa se agarra a la garganta y uno es incapaz de soltar. Aquí la llevan, a ver si se contagian.



El vídeo es genial. ¿No les recuerda el joven Jerry Lewis a Jim Carrey?

1 comentario:

David dijo...

Pues tenías, razón, después de ver el vídeo, seguí haciendo cosas, me fui a la calle y de pronto, me sorprendí tarareando suavemente la cancioncilla...

Jajajajajaja...