Se acaba el año. Un año que siempre recordaré como el año del Campeonato del Mundo para España, con el gol de Iniesta, el manteo del bonachón de Del Bosque y la cara de felicidad de Casillas levantando la dorada y deseada copa, que por cierto pude admirar "in situ" hace poco en el Ayuntamiento de Málaga. Además fue año de profunda y extendida crisis, grandes recortes, el estado de alarma provocado por los controladores aéreos y mil cosas más.
Pero yo no estoy aquí para decir si fue el año Facebook o Twitter, o el año del Ipad. Yo estoy aquí, sentado, a escasas horas del fin del año, sólo para desearles un fin de año a lo grande. Bien pelotudo como dicen por ahí. Así que si alguien se acuerda después que me cuente cómo lo pasó.
Les cuelgo un vídeo que me gusta, y se lo dedico a esta vida, amarga y agradecida, soleada y pasada por agua, de árboles de hojas caduca y aceras estrechas llenas de colillas maltratadas. Y recuerden que esta vida que vivimos no es otra cosa que los programas que configuran su cerebro, sí el suyo, por eso es su vida, así que tengan cuidado con lo que seleccionan para almacenar en su disco duro. Luego no digan que no les avisé.
Pero yo no estoy aquí para decir si fue el año Facebook o Twitter, o el año del Ipad. Yo estoy aquí, sentado, a escasas horas del fin del año, sólo para desearles un fin de año a lo grande. Bien pelotudo como dicen por ahí. Así que si alguien se acuerda después que me cuente cómo lo pasó.
Les cuelgo un vídeo que me gusta, y se lo dedico a esta vida, amarga y agradecida, soleada y pasada por agua, de árboles de hojas caduca y aceras estrechas llenas de colillas maltratadas. Y recuerden que esta vida que vivimos no es otra cosa que los programas que configuran su cerebro, sí el suyo, por eso es su vida, así que tengan cuidado con lo que seleccionan para almacenar en su disco duro. Luego no digan que no les avisé.