jueves, 2 de diciembre de 2010

Sopla

Hoy hace mucho viento. Un viento frío y amenazador, de ese que obliga a subirse la cremallera de la chaqueta hasta arriba, y que obliga a las mujeres a andarse con mucho tiento con la falda, y las hace caminar con una mano delante y otra detrás, como parece que acabaremos todos después de que esta interminable crisis nos haya arrancado algo más que la sonrisa. Las hojas de los árboles se arremolinan en las esquinas, las bolsas de los supermercados bailan por el cielo y yo voy camino de casa.

Hace viento -digo- y se hace difícil y largo el camino de vuelta a casa, pero la recompensa espera al atravesar la puerta. El calor de la bienvenida al hogar, el abrigo de las sonrisas, el abrazo de los besos al llegar, ese es el verdadero viento que sopla con fuerza en mi vela.

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