domingo, 5 de diciembre de 2010

Más sopla

El viento -sigo contando- agitó bruscamente las ramas de los árboles, levantó al cielo las bolsas de plástico de los supermercados y arrinconó las oscuras, derrotadas y caducas hojas de los árboles en las esquinas, arremolinándolas, así como dificultó mi regreso a casa, a mi hogar, frenándo mi caminar, peinándome hacia atrás, y lo peor, irritando mis fosas nasales, llenándolas de polvo, polen y todo le que le dio la gana, y ahora heme aquí, tres días ya con las narices taponadas, casi sin poder respirar, con los kleenex por docenas en mis bolsillos, maldiciendo mi sombra y mi dificultoso respirar, pero disfrutando, en este instante, desde el lado amable y cálido de la ventana de mi cuarto, mientras veo cómo siguen las ramas de los árboles bailando al viento que más sopla.

Achís...

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