El periodo que abarca desde el final de la temporada hasta el comienzo de la siguiente, es lo que todos conocemos como las vacaciones pero en el mundo del fútbol se inicia el mercado de fichajes. El pistoletazo de salida al juego de despachos. Ese tiempo en el que reinan los representantes y los agentes. Los jugadores se van de vacaciones, a veces más merecidas que otras, pero si, por diversas razones, tienen que acudir al mercado en busca de un cambio de aires, están en el escaparate futbolístico y les tocará descansar con el móvil en el bolsillo del bañador.
Los tiempos cambian. El arcaico fax ha dejado de echar humo, ahora las llamadas telefónicas se disparan. La maquinaria del mercado veraniego pulsa el botón de start y la rueda comienza a girar. Todos los equipos buscan jugadores y/o entrenadores para volver a ilusionar la pasión de los aficionados. Cada cual busca la mejor taquilla donde colocar sus botas. El anual cambio de cromos comienza. Los pasillos se inundan de ofertas, el objetivo sigue siendo el de siempre: un equipo mejor, mayor proyección, un estilo de juego que se adecúe a la forma de jugar del representado, pero en el fondo, salvo rarísimas excepciones, lo importante se mide en números. Las cuentas bancarias ansían los ingresos. En los contratos se rascan bonus y pluses y se ajusta tirando todo lo posible pero con el cuidado suficiente para que el trabajo de una operación no se rompa.
Los equipos se crean a antojo de directores deportivos, con el visto bueno del entrenador y bajo el marco económico de cada caso particular. Luego la temporada, semana a semana, pondrá a cada uno en su sitio. Pero antes, hay un tiempo para corregir, evaluar, observar virtudes, puntos fuertes y comprobar debilidades. Hay un tiempo de meter el bisturí para arreglar una herida. Un tiempo para los últimos retoques y se conoce como pretemporada. Los partidos amistosos y los torneos de verano.
El Málaga CF decidió no irse muy lejos a hacer la pretemporada, y fijó dos partidos en Marbella. El primero contra el equipo británico Hull City y otro contra el Cádiz.
16 de julio Málaga 1 - Hull 3
23 de julio Málaga 0 - Cádiz 2
Como las dimensiones de los campos no son muy grandes y estábamos bien situados, Miguel consiguió que algunos jugadores le firmaran la camiseta. Se vino con la firma de casi toda la plantilla y una foto con muchos de ellos. Estaba contentísimo. Además nos acompañaron varios amigos suyos. A la madre no le gustó tanto como a él los garabatos pintados en la camiseta.
Pd: Unos días después por fin pudo el Málaga CF ganar un partido contra el Xerez, aunque en el descanso iba perdiendo.
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