Miguel se examinaba del B1 de inglés en Málaga, había estado estudiando duro los últimos días para perfeccionar su expresión, especialmente oral, y nos dirigimos a la capital con la ilusión de los buenos estudiantes antes de un examen.
Mientras hacía el examen, el resto nos fuimos al centro comercial en el centro de Málaga a hacer unos recados y regresamos para recogerle. Salió contento. Eran varias partes y, aunque alguna le salió mejor la otra, su sensación era que había aprobado.
Quisimos aprovechar que estábamos en Málaga y también que ya definitivamente Miguel estaba de vacaciones y nos acercamos al CAC a ver dos exposiciones, la de Erik Parker, Easy Freedom y la de Ben Sledsens.
Erik Parker es un artista nacido en Alemania pero criado en los Estados Unidos. Su obra es muy singular, especialmente los formatos sobre los que se expresa, porque muchos de sus lienzos son figuras geométricas en tres dimensiones, en la mayoría de los casos pirámides. En ellas juega a crear perspectivas casi como si fuesen carretes fotográficos en color. Mezcla los colores saturados con fluorescentes en representaciones en los que abundan una especie de comics psicodélicos con un fuerte componente pop. Representa referencias implícitas a la música o el arte introduciendo, como si fuese un collage, fotos de artistas como Michael Jackson, o escenas de películas como Annie Hall. Hay una especie de juego visual en muchas de sus obras. En otras -las que más me gustaron- simplemente parecían fondos de pantalla, casi como marcos de representaciones naturales donde la naturaleza cobra una enorme importancia. Todo muy pop psicodélico de nuevo.
Ben Sledsens es un joven artista belga, en el que también se observa una enorme tendencia por la representación de paisajes, con abundante vegetación y vida salvaje, pero a diferencia de Erik Parker, no hay nada fuera de una realidad imitada. No hay personajes sacados de una película fantástica ni de un tugurio como el de la cantina de Mos Eisley en la Tatooine de Star Wars. Es la representación brumosa de la vida en la tierra. Existe, o creo ver, una influencia del impresionismo de Cézanne. Es algo que no se ve, pero se respira, no se intenta imitar las naturalezas muertas de Cézanne, pero está su espíritu. Tampoco están los Cazadores en la nieve de Brueghel el Viejo, pero está su influjo. No están, pero sí. Hay una especie de cuento creado en la mente de Ben, que no necesita ser contado, pero todos vemos. Hay viajes, conquistas, espesura y contemplación. Sus cuadros no tienen tantos detalles, pero puedes contemplarlos un buen rato antes de salir de su mundo.
Tras la visita de las exposiciones fuimos a picar algo al centro de Málaga y después, para bajar la comida, visitamos la Catedral de Málaga, que hacía tiempo que no entrábamos.
Pd: Miguel aprobó y ya tiene el B1 de inglés. ¡Bien por Miguelito!
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