A primeros de año nos sorprendió la triste noticia del fallecimiento de David Bowie, gran estrella del Rock y primerísima figura del Glam. Cantante de voz profunda y delicada, cristalina y desgarrada. Bowie será recordado por ser un vocalista colosal y aún mejor compositor. Fue camaleónico como nanide. Tenía la virtud de abarcar mucho territorio musical a pesar de su delgada silueta. Sabía como pocos meterse allá donde hubiera un lugar para la provocación y tenía un inusual y certero olfato para mezclar géneros. Su proyecto con Tin Machine me tuvo rendido a sus pies durante mucho tiempo y su primera época es tan innovadora como brutal.
Al poco de fallecer Bowie comenzaron a realizarle homenajes -algunos, a mi juicio, muy acertados- y supuse que Prince podría interpretar una buena versión, no sé por qué pero lo pensé, simplemente me encajaba. Es difícil de explicar pero creo que existe un espacio común entre ambos. Sea lo que fuere, el príncipe de Minneapolis decidió hacer una pequeña versión en directo de un estribillo de una canción de Bowie, una de sus mejores canciones, Heroes, y la hizo casi a capella. Una voz desnuda y cruda junto a las notas sueltas de un piano (YouTube está ahí para los curiosos). La letra la escribió Bowie pero Prince completó el sentido. Bowie lo soñó y Prince le añadió un significado. Ahora, con inesperada celeridad, ninguno de los dos sigue vivo y no me cabe duda que, como prefiguró Prince, ellos podrían ser héroes. Creo que Prince sabía que no le quedaba mucha vida por delante. Había comenzado a redactar su biografía y ya había sido ingresado por problemas de salud recientemente. Creo que Prince lo venía venir. De ahí esa versión tan descarnada de la versión de Bowie. Sólo por su significado ya me tiene hipnotizado.
Nunca llegué a disfrutar de un concierto de Bowie, pero sí tuve la fortuna de ver a Prince en vivo. Ocurrió en Marbella, en el verano de 1990 -ya ha llovido-. El príncipe del funk presentaba por el mundo su Nude Tour, además la banda sonora de Batman y su Batdance estaban en pleno apogeo. Yo andaba enamorado de los discos Lovesexy, Sign o' the times y Purple Rain y también de algunas canciones sueltas del disco que promocionaba, Graffity Bridge. Mantengo en el recuerdo varios momentos de aquel concierto. Especialmente el solo de guitarra de Purple Rain, o cuando tumbado sobre el piano con los ojos vendados interpretó The Question of U. Otros momentos que me guardo fueron las canciones de Nothing compares to U, Alphabet St, Kiss, 1999, o Partyman.
Ahora, como digo, ni Bowie ni Prince están vivos, pero su música será eterna. Permanecerán entre nosotros porque su música seguirá aquí, les sobrevivirá, y así llegarán a nosotros de nuevo. Ambos gozaban del áureo poder de parecer que estuvieran como fuera de tiempo.
Nunca llegué a disfrutar de un concierto de Bowie, pero sí tuve la fortuna de ver a Prince en vivo. Ocurrió en Marbella, en el verano de 1990 -ya ha llovido-. El príncipe del funk presentaba por el mundo su Nude Tour, además la banda sonora de Batman y su Batdance estaban en pleno apogeo. Yo andaba enamorado de los discos Lovesexy, Sign o' the times y Purple Rain y también de algunas canciones sueltas del disco que promocionaba, Graffity Bridge. Mantengo en el recuerdo varios momentos de aquel concierto. Especialmente el solo de guitarra de Purple Rain, o cuando tumbado sobre el piano con los ojos vendados interpretó The Question of U. Otros momentos que me guardo fueron las canciones de Nothing compares to U, Alphabet St, Kiss, 1999, o Partyman.
Ahora, como digo, ni Bowie ni Prince están vivos, pero su música será eterna. Permanecerán entre nosotros porque su música seguirá aquí, les sobrevivirá, y así llegarán a nosotros de nuevo. Ambos gozaban del áureo poder de parecer que estuvieran como fuera de tiempo.
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