Leer poesía se ha convertido en la mejor manera que tengo de alcanzar los dulces sueños, y no ha sido hasta hace relativamente poco tiempo cuando me he dado cuenta de ello. Llevo leyendo poesía desde muy temprana edad (en casa de mis padres abundan los libros de poesía) y sin embargo no ha sido hasta hace pocas fechas cuando he comenzado a conectar el hecho de que disfruto de dulces sueños cuando leo poesía.
Prefiero pensar que este enlace deductivo no lo he llevado a cabo con anterioridad porque antes lo normal era caer en la golosa tibieza de los dulces sueños cada día, o mejor dicho, cada noche. Es desde hace un par de años aproximadamente que vengo sufriendo de una antojadiza y persistente cualidad para el insomnio.
Esta capacidad de mantenerme con los ojos cerrados pero con la mente despierta durante horas, produce a su vez una ansiedad por alcanzar el descanso apropiado que repercute directamente en mi organismo, presentándose en un reflujo gástrico amargo con sabor a derrota, amarga derrota.

Para todo lo anterior la poesía es mi fórmula magistral. Mi última pócima ha sido José Hierro y les he seleccionado este poema. Que tengan dulces sueños.
El libro
Irás naciendo poco
a poco, día a día.
Como todas las cosas
que hablan hondo, será
tu palabra sencilla.
A veces no sabrán
qué dices. No te pidan
luz. Mejor en la sombra
amor se comunica.
Así, incansablemente,
hila que te hila.
José Hierro
No hay comentarios:
Publicar un comentario