Normalmente, antes de ponerme a escribir una entrada sobre el último libro que he leído, busco entre las entradas anteriores de este blog por si tengo alguna referencia sobre el autor o el libro, más que nada para luego poder enlazarla en la entrada, de manera que en esta ocasión, como en casi todas las entradas anteriores, busqué qué es lo que había comentado yo sobre Paul Auster en este blog. Y me llevé una sorpresa mayúscula cuando comprobé que no había ninguna entrada, ni directa ni indirectamente relacionada con Paul Auster. Me sorprendió pues he leído unos cuantos libros del autor norteamericano y es un autor que tengo siempre en mente a la hora de elegir libros. Así, haciendo algo de memoria recuerdo haber leído La Trilogía de Nueva York, Tombuctú, El cuaderno rojo y Viajes por el scriptorium. Éste fue el último que leí, pero he de confesar que no me gustó en absoluto. Lo terminé, sí, pero estuve varias veces a punto de abandonarlo, pero debido a que de Auster había leído varias buenas novelas anteriormente decidí continuar hasta acabarla.
Sin embargo cuando terminé de leer Viajes por el scriptorium fue tal mi decepción que decidí aparcar un tiempo al autor de entre mis próximas lecturas, algo así como un castigo, y, aunque sospechaba que más temprano que tarde volvería a leer algo suyo, tenía la intención de intermediar bastantes lecturas hasta la próxima. Creo que leí Viajes por el scriptorium en 2008, poco después de su publicación, y desde entonces hasta ahora, cinco años después, no había leído nada de él. La espera ha valido la pena pues reconozco que he disfrutado mucho volviéndolo a leer.
El Palacio de la Luna es una de sus primeras novelas (1987) aunque la compré hace pocas semanas en el rastro de mi localidad, por el más que módico precio de un euro -me siento tan orgulloso de mis compras en el rastro-. Es un libro cuanto menos curioso, distinto. Por un lado es una biografía donde se retrata una pequeña parte de la vida del protagonista (dicen que también del autor) pero por otro lado es un libro que contiene buenas historias, que mantienen un nexo en común al mismo tiempo que también es un libro sobre un viaje. Un viaje hacia el pasado, huyendo de un presente desafortunado y buscando un nuevo territorio interior por descubrir. El azar, un tema tan austeriano, está presente de lleno en este libro y tal vez éste sea el libro de Auster que más me ha absorbido.
Desde hoy el señor Auster queda absoluta y rotundamente redimido.
El Palacio de la Luna es una de sus primeras novelas (1987) aunque la compré hace pocas semanas en el rastro de mi localidad, por el más que módico precio de un euro -me siento tan orgulloso de mis compras en el rastro-. Es un libro cuanto menos curioso, distinto. Por un lado es una biografía donde se retrata una pequeña parte de la vida del protagonista (dicen que también del autor) pero por otro lado es un libro que contiene buenas historias, que mantienen un nexo en común al mismo tiempo que también es un libro sobre un viaje. Un viaje hacia el pasado, huyendo de un presente desafortunado y buscando un nuevo territorio interior por descubrir. El azar, un tema tan austeriano, está presente de lleno en este libro y tal vez éste sea el libro de Auster que más me ha absorbido.
Desde hoy el señor Auster queda absoluta y rotundamente redimido.
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