jueves, 11 de julio de 2013

Con mi madre - Soledad Puértolas

Hay quien acude a los libros para estudiar y aprender, hay quien lo hace para distraerse o pasar el tiempo, para evadirse u olvidar, también hay quien lo hace para soñar, para vivir otras vidas o en otras ciudades, en distintas épocas o civilizaciones, para imaginar el futuro, interpretar el pasado o conocer el presente; las hay que acuden a los libros para hacerse preguntas o para buscar respuestas, pero una vez leí -y me pareció muy acertado- que los libros más que para hacernos ser lo que no somos, nos permiten no ser lo que somos. Huir de nosotros mismos de una forma fugaz y deliberada.

Otra idea que me parece acertada sobre la lectura es que leemos para aprender quienes somos, aunque yo creo que esa afirmación es más acertada en cuanto a la escritura que en la lectura. En cualquier caso es también muy buena.
 
Yo, en cambio, tengo claro que acudí a este libro en busca de ayuda, intentando hallar ese punto en común de quien pasa por lo mismo, para intentar no sentirme desbordado por el dolor, para buscar nuevas perspectivas a los recuerdos almacenados y en gran parte, gracias a este libro, creo que lo conseguí.

Los libros están ahí para ayudarte. Ése es el milagro de los libros.


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