En el almuerzo mejicano preparado por mi santa hace unos días, para ser coherentes, servimos cervezas del mismo país norteamericano. La cerveza que elegí para esta ocasión fue la Cerveza Pacífico Clara, cuyo eslogan publicitario rayando la simpleza es "La cerveza del Pacífico".
En general no soy muy aficionado a la cerveza mejicana, pero sí me gusta acompañar las comidas mejicanas con ellas. Tienen la ventaja de ser suaves y frescas, con poco porcentaje de alcohol, 4,5 %, lo que favorece la digestión de comidas tan pesadas y picantonas. Las cervezas mejicanas suelen tener como característica curiosa botellas con el cuello algo más largo de lo normal, según parece para poder introducir una rodaja de limón en él, de manera que quede encajado en el cuello y se mezcle con la cerveza en cada trago, cosa que supongo que también ayudará a la digestión.
Las botellas de la Cerveza Pacífico contienen más cerveza de lo usual, 35'5 cl, algo más que una lata estándar. La etiqueta es de un amarillo soleado, con las letras en rojo y dorado y un escudo veraniego de un flotador con un ancla. El sabor es ligero, pero cumple su principal cometido que no debe ser otro que refrescar. La espuma es bastante liviana, casi inexistente y el sabor bastante amargo al principio pero que progresivamente desaparece al final. Una cerveza que en mi opinión está bien para refrescar en la barra de un chiringuito o bien para acompañar una comida mejicana, pero para poco más.
La foto es de un día después porque olvidé hacerla el día de la comida, pero como sobraron -es lo bueno de comprar siempre cervezas de más- aproveché para seguir refrescándome al día siguiente, y de camino preparar esta entrada del blog. También he aprovechado las fiestas de Pamplona para lucir camiseta.
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