Se rumorea que el Málaga Club de Fútbol, mi equipo del alma, está en bancarrota, que no hay cash, que van a vender a Cazorla al Arsenal, que a Isco lo venden al Barça y que varios equipos suspiran por Toulalan o Rondón. Es vox populi que se le debe parte de la ficha a los jugadores, así como a los empleados del club. También se debe parte del IVA de los fichajes del verano pasado, y que el asunto ha sido denunciado ante la Liga. Curiosamente, o precisamente por ello, todo ocurre en el mejor y más ilusionante momento deportivo de la historia del Málaga.
Se habla de que puede ser comprado por una empresa vinculada con un inversor albanés. No sé. En cualquier caso la situación se estaba volviendo insostenible. Espero que el nuevo propietario, si es que el cambio de manos finalmente se produce, sea ambicioso y responsable, pero sobretodo que maneje billetes. A ser posible muchísimo. Que le sobre la pasta, que sea asquerosamente rico, y, si puede ser, que sea continuista con el actual plan de ruta, que es bueno, pero aún se puede y debe mejorar.
¿Quién sabe? Quizás los nuevos propietarios se identifican más con la ciudad, con el club, con la Liga y con la forma de funcionar europea. A lo mejor se involucran y participan más y puede que tengan la intención de potenciar aún más la plantilla. Nunca se sabe. Quizás este cambio sea para mejor. Sea como sea, que me quiten lo bailao.
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