Comienzo a escribir este post con una terrible disyuntiva en mi cabeza. Por un lado tenía pensado rajar sobre los ya famosísimos errores de Alejandro Sanz en su Tweeter. Y es que la gente comienza a estar más que harta y hastiada de ver tantísimas faltas de ortografía en cualquier sitio hacia el que dirige la mirada.
Estamos rodeados de analfabetos que se sienten protegidos y bien camuflados por los extendidos incorrectos usos de los modernos medios de comunicación, por eso, en principio me pareció bien, o al menos lógica, la agresividad con la que algunos de sus "seguidores" atacaron el lamentable error del hombre del corazón "partío".
Pero por otro lado llego a comprender que un error de escritura lo puede cometer cualquiera, teniendo en cuenta que todos, sin excepción, nos equivocamos, y más incluso si estos mensajes están redactados, como suele ser habitual, desde un móvil de teclas diminutas, con los regordetes pulgares mientras se pasea de vuelta a casa, después de una larga noche y quién sabe si con alguna que otra cervezas de más.
Lo que ha quedado claro es que, como él mismo cantaba, no es lo mismo arte que hartar.
Estamos rodeados de analfabetos que se sienten protegidos y bien camuflados por los extendidos incorrectos usos de los modernos medios de comunicación, por eso, en principio me pareció bien, o al menos lógica, la agresividad con la que algunos de sus "seguidores" atacaron el lamentable error del hombre del corazón "partío".
Pero por otro lado llego a comprender que un error de escritura lo puede cometer cualquiera, teniendo en cuenta que todos, sin excepción, nos equivocamos, y más incluso si estos mensajes están redactados, como suele ser habitual, desde un móvil de teclas diminutas, con los regordetes pulgares mientras se pasea de vuelta a casa, después de una larga noche y quién sabe si con alguna que otra cervezas de más.
Lo que ha quedado claro es que, como él mismo cantaba, no es lo mismo arte que hartar.
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