De vez en cuando sale al mercado una de esas canciones que, en principio, no tiene nada que ver con mis gustos musicales usuales. Una canción repetitiva, que no contiene ningún ingrediente común a mis gustos, pero que, de alguna manera, con un ritmo peleón, una letra pegadiza y una voz descarada y sensual, consiguen tenerme cantándola una y otra vez. ¡Me gusta! Juzguen ustedes.
Y grita fuego, mantenlo prendido, fuego, no lo dejes apagar...
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