Una de las obras que más satisfacciones me han proporcionado a lo largo de la vida es, sin duda,
El grito de
Edvard Munch, y teniendo en cuenta que nunca he visto en vivo ninguno de sus cuadros, no deja de ser, aparentemente cuanto menos, una afirmación paradójica e incluso estrambótica.
En realidad, mi participación en un concurso por
Internet fue lo que me llevó a tomarle cariño al cuadro. El premio eran dos noches gratis en el
Hotel Meliá de reciente construcción en
Berlín y, además, un descuento de una buena cantidad de euros que ahora mismo no recuerdo, canjeables en vuelos de la compañía
Air Berlín a la capital alemana.
Las bases del concurso eran simples: se conectan todos los participantes que lo deseen
on line, el programa genera una pregunta relativa a la capital alemana, y el primero que teclee la respuesta correcta, se lleva el viaje. Simple y sencillo. La pregunta fue ¿quién pintó
El grito? Mi curiosidad por la pintura y una conexión a internet de banda ancha hicieron posible aquella escapada de mi señora y yo
a Berlín.Aprovecho el momento
trending topic en el se encuentra el cuadro, debido al récord de venta en una subasta (91 millones de euros) de uno de los cuatro cuadros que
Munch pintó alrededor de El Grito para presentar una obra de arte en este
blog. A eso lo llamo yo oportunismo.
Existe una larga relación de sucesos curiosos y llamativos alrededor de la obra de
Munch: gran parte de su obra fue confiscada por los nazis, algunos de sus cuadros han sido robados en varias ocasiones, uno de ellos recientemente. También han existido millonarias disputas sobre la herencia de la obra y así un largo etcétera que rellenan un amplio anecdotario de la obra de
Munch. Sin embargo a mí, últimamente, desde que parece ser cierto eso de que el comprador mediante subasta millonaria ha sido posiblemente uno de los familiares del
Sheikh Al-Thani, Presidente del
Málaga CF, cada vez que miro al cuadro de
El grito, se me ha metido en la cebolla que quizás
Munch pintó premonitoriamente a un
malaguista, con su camiseta azul, gritando oé, oé, oé, oé... oé, oé en la celebración de la consecución de la cuarta plaza de la Liga.