Sorpresas te da la vida. Algunas veces son agradables y otras no tanto. Hoy a mí me ha tocado de las primeras. Me explico.
Estaba yo en el trabajo, delante del monitor, venga meter datos, que si 4,32 que si 7,25 que 23,18 y decido darme un respiro. Cerrar los ojos girar el cuello hacia un lado, muy despacito, luego hacia el otro, estiro los brazos por detrás de la espalda y cuando abro los ojos y miro por la ventana, veo, casi sin querer, cómo se abre una persiana en el edificio de enfrente, una joven con el pelo largo y rubio acaba de levantarla, estira los brazos mientras en mi mente la saludo: buenos días, es martes, 3 de agosto y son más de las 10:30 de la mañana. Vaya sueñecito. De pronto. Sorpresas te da la vida. Se quita la camiseta y puedo ver su anatomía al natural, bien proporcionada. Ya me entienden. Que está buenorra, vamos. Ella, claro está, no es consciente de mi voyeuriana presencia. Se estira delante del espejo mientras hace esas tonterías que todos hacemos delante del espejo. Se mira de un lado, del otro lado, da saltitos con el sujetador dando vueltas en la mano. Se me escapa una risa. Mi compañero de oficina me dice algo como ¿me has dicho algo? Y le contesto: ¿Quieres ver una chica con las tetas al aire dando saltos delante de un espejo? ...
2 comentarios:
jajajaja... mira tú que suerte... hijo, que alegría, eso sí que le pone a uno una sonrisa en la cara...
Pues nada, suertudo, no te obsesiones ahora todas las mañanas con la posibilidad de que se repita... jajajajajaj...
La verdad es que hoy, siendo sincero, he mirado la ventana más que otros días, pero no te preocupes que no podré obsesionarme. Me voy de vacaciones próximamente, y voy a perder a la ventana y a la alegre saltarina matinal de vista.
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