El fin de semana pasado aprovechamos la oportunidad que ofrecen algunos museos de poder acceder gratuitamente los domingos por la tarde a sus instalaciones y decidimos ir al Carmen Thyssen. Como la idea cuajó y echamos un día más que aceptable, quisimos repetir el fin de semana siguiente visitando el Museo Ruso de Málaga, en el que se exhibían tres exposiciones muy atractivas.
La principal exposición, o al menos, la que más salas abarca y más tiempo permanece para visitarla, es la que va a estar durante todo un año, desde abril de 2021 hasta abril de 2022. Guerra y Paz en el Arte Ruso. La mayoría de las obras llegaban en préstamo desde el Museo Estatal Ruso de San Petersburgo, y son de una temática muy amplia, pero especialmente a la tradición y a la memoria bélica de Rusia. La exposición está adecuadamente presentada por orden cronológico. Encontré multitud de obras que merecían ser contempladas un buen rato, pero el museo tiene un tamaño importante, pues se encuentra en el antiguo edificio de La Tabacalera. Sólo en esta exposición anual se mostraban 183 obras según leí en la documentación colgada en Internet. Batallas desde la Edad Media, la I Guerra Mundial o como la de Moscú o Stalingrado, la defensa de Sebastopol o el sitio de Leningrado. La obra que he elegido para acompañar este párrafo es de Kazimir Malévich, titulada Caballería Roja, y está fechada en 1932.
La segunda exposición titulada con el nombre inequívoco de Lev Tolstói. El camino de la vida. Resultó ser de un formato mucho más reducido, y aunque en el fondo eran todas piezas alrededor de la figura de Tolstói, en esencia completaba perfectamente el título de la exposición anterior, el cual es una de las obras literarias más notables de la cultura universal, Guerra y Paz. En ella encontramos varios retratos del magnífico literato ruso, algunos de ellos realizados en vida por maestros contemporáneos al escritor. También encontramos varias ilustraciones de la novela y facsímiles del texto original así como primeras ediciones en distintos idiomas de la obra. La foto que acompaña entra entrada es de una obra de Nikolái Yaroshenko del retrato de Lev Tolstói realizado en la fecha de 1894, cuando el autor tenía sesenta y seis años. Es uno de los retratos más famosos de Tolstói.
La tercera y última exposición, y no por ello menos importante que las anteriores, era Iván Aivazovsky y los pintores marinistas en Rusia. Lo cierto es que no lo conocía de nada, ni me sonaba su nombre siquiera, pero fue el iniciador de este género en Rusia. Un artista prolífico, con más de seis mil obras propias. Sus cuadros, conforme avanzábamos en la exposición fueron creciendo en calidad -según mi ingenua opinión- supongo que porque el pintor nacido en Feodosia fue ganando edad, pero también fue avanzando en técnica y seguridad. Muchos de los cuadros allí expuestos son de un tamaño mayúsculo y en ocasiones hasta mareantes, inabarcables. Cabe destacar que el artista fue un gran viajero, y pasó la mayor parte de su vida viajando. Recorrió Europa, Asia, África y América. Visitó también España donde conoció Madrid, Granada, Sevilla Cádiz y Málaga, de la que se expone un cuadro en la exposición: Vista de Málaga. Muchos de los cuadros que pudimos disfrutar en el museo figuraron en las colecciones particulares de los monarcas rusos. La fotografía que acompaña esta última entrada es de Iván Aivazovsky, titulada La ola, con fecha de 1889. En la foto no se aprecia el tamaño, pero este óleo mide más de cinco metros de largo y tres de alto. Enorme.
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