viernes, 16 de julio de 2021

La vida a ratos - Juan José Millás

Fui a la biblioteca por casualidad, casi sin remedio, tenía que hacer tiempo y entré para leer algo la prensa y ojear la mesa con las novedades. Sin ninguna intención de llevarme en préstamo nada, pero las visitas a la biblioteca las carga el diablo. Me traje dos libritos. Bueno, uno sí, el otro -que es el que ocupa la entrada de hoy- alcanzaba casi quinientas páginas. Traer libros de la biblioteca es algo que ya no suelo hacer porque tengo tantos libros por casa, que no doy abasto.

La vida a ratos es un diario. Para ser más precisos es el diario de un santo bebedor de gin tonics, adicto a las pastillas y a la observación surrealista. Divertido y depresivo al  mismo tiempo. En ocasiones parece como si un hipocondriaco Woody Allen nacional decidiera escribir un diario después de tomar gin tonics en un bar de esquina de Madrid.

En La vida a ratos da la sensación de que Juan José Millás escribe  como si hablara él mismo, como si estuviera contando lo que le ha pasado esa misma mañana. Es la ficción contada en primera persona, tomando algunos puntos comunes con su vida -imagino- y parece que estuviera contándole lo que le va pasando a un amigo, con una cercanía y una naturalidad pasmosa. Cuenta sus cosas sin ningún pudor ni cortapisas, como si tuviera la certeza de que nunca nadie va a leer lo que escribe.

Es un libro que he disfrutado mucho, que me ha arrancado carcajadas y aunque no me he aficionado al gin tonic, sí que me he tomado algún whisquicito leyéndolo. Disfrutándolo.


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