Al mismo tiempo que me traje en préstamo La vida a ratos de Juan José Millás, también me traje un pequeño y cuidado libro de poemas de Ismael Serrano - Ahora que la vida, donde el cantautor madrileño escribe sobre la belleza de lo cotidiano, de lo pequeño y tangible, pero también de los días de lluvia, las dudas, el amor o el día a día.
Sus canciones me gustan, sus letras me interesan, ¿por qué no van a gustarme sus poemas? Sentía curiosidad. Lo he visto en directo y es buen orador e hilaba de una canción a otra con introducciones que a veces se veían muy estudiadas pero también muy acertadas.
El libro viene ordenado por fechas, desde el inicio hasta el final, desde sus primeros poemas, quizás más tiernos y directos, hasta que la vida, poco a poco, ha ido añadiendo arrugas a sus palabras. No todos los poemas me llegaron pero sí muchos de ellos. Quizás más culpa mía que de los poemas, porque soy un lector de poemas muy antojadizo, pues sólo los leo cuando me apetece leerlos, a veces pueden ser tres poemarios consecutivos y otras un para de poemas. Tengo que sentirme -digamos- con el espíritu dispuesto. Y en esta ocasión, como era un libro prestado de biblioteca, los leí más atropelladamente de lo que ellos aconsejaban, no les dediqué el tiempo que merecían. Las prisas en la lectura no va con mi rumiante forma de leer.
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