Se veía venir que tarde o temprano el Virus Covid-19 tocaría nuestra puerta. Pepi, Miguel y Sofía compartieron coche con un niño que al día siguiente dio positivo. Y si bien llevaban mascarillas, y las ventanas estaban abiertas, el protocolo exigía mantener aislamiento domiciliario, para garantizar el distanciamiento social y la no propagación del virus. Así que les tocó quedarse en casita, así como lavarse las manos más que frecuentemente. aparte de compartir el coche más de 15 minutos de trayecto, también compartieron el día, aunque al aire libre, en una piscina.
Mientras ellos no tuvieran síntomas -que era lo más importante- yo podría hacer vida normal. Se hicieron test de antígenos, los tres dieron negativo y bueno, se hartaron de casa. Afortunadamente fue sólo un susto y se puede decir que el Covid-19 llamó a la puerta de nuestra casa, pero no entró. Menos mal.
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