viernes, 2 de septiembre de 2011

Una Paulaner Salvator

La cerveza que voy a presentaros este mes es una de esas cervezas que no son muy conocidas, o al menos, no lo era para mí hasta que me la crucé en la estantería de un gran centro comercial. La cerveza en cuestión es una Paulaner Salvator. Una cerveza de estilo doppelbock, que yo no sabía bien lo que significaba hasta que he investigado por la red, que tanto nos asiste. La Paulaner Salvator es una cerveza alemana con el botellín bastante opaco de color marrón oscuro, que contiene un 7'9 por ciento del volumen en alcohol, que no está nada mal. Una de las sorpresas de la cerveza es que, a pesar de que en la etiqueta dice ser una cerveza especial negra, al tirarla al vaso, aunque es cierto que es negra, es la cerveza menos negra que he probado en mucho tiempo, quizás junto con la Gouden Carolus, que otro día presentaré. Es una cerveza con una espuma muy poco perdurable pero bastante compacta y con un intenso y cargado sabor a malta, al final tiene un sabor algo afrutado a la vez que amargo, bastante espesa, fuerte y poco refrescante, quizás más apropiada para invierno que para verano.

Me agradó probar una cerveza teutona que desconocía y que, además, lleva mi mismo nombre. Cuentan por la red que los monjes del monasterio donde nació la cervecería Paulaner elaboraban la cerveza Salvator para la cuaresma y que como durante esos días no podían comer nada, entonces, para combatir el ayuno, tomaban esta cerveza, que se supone sería, en aquella época, mucho más espesa de cuerpo y posiblemente con un porcentaje rebajado de alcohol. Por lo que decidieron darle ese nombre, aunque también es conocida como el "pan líquido" de los monjes.



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