Siendo consecuente con los comentarios del post anterior voy a permitir que David se arrodille ante mí, de manera que yo, Rey de este blog, lo nombre Embajador circunstancial de este reino, permitiendo así que deposite sobre Unpimiento sus conocimientos cinéfilos, aun siendo consciente de que me arriesgo a verlo exaltar un bodrio de película o dejando en el olvido y darle la espalda a una obra de arte. Lo que sólo al pensarlo me hace apretar el orto.
Aun así, arriesgándome más de lo que a un Rey se le está recomendado exponerse, voy a concederle la posibilidad de ser nombrado Embajador de este reino, así podrá explayarse en los comentarios y cuando me venga en gana y mis distracciones me lo permitan, siempre que esté de acuerdo con sus exposiciones podré valorar la posibilidad de colocar sus palabras como si fuesen mías, dándole la oportunidad de que sus palabras lleven el honor de la firma de un Rey, aunque al tener su propia Etiqueta todos conocerán la verdadera firma del autor.
Por consiguiente, y en resumen, David dispondrá del honor de poder sentirse libremente crítico en los comentarios de mis post, firmándolo siempre que lo desee como David, pero yo, Rey de tan noble reino, cuando éste sea el caso y si las circunstancias de las que me vea acompañado en ese instante así lo requieran, me veré en la libre decisión de colocar sus magnas palabras en el altar del estrado del que un embajador es merecedor.
He dicho.
Aun así, arriesgándome más de lo que a un Rey se le está recomendado exponerse, voy a concederle la posibilidad de ser nombrado Embajador de este reino, así podrá explayarse en los comentarios y cuando me venga en gana y mis distracciones me lo permitan, siempre que esté de acuerdo con sus exposiciones podré valorar la posibilidad de colocar sus palabras como si fuesen mías, dándole la oportunidad de que sus palabras lleven el honor de la firma de un Rey, aunque al tener su propia Etiqueta todos conocerán la verdadera firma del autor.
Por consiguiente, y en resumen, David dispondrá del honor de poder sentirse libremente crítico en los comentarios de mis post, firmándolo siempre que lo desee como David, pero yo, Rey de tan noble reino, cuando éste sea el caso y si las circunstancias de las que me vea acompañado en ese instante así lo requieran, me veré en la libre decisión de colocar sus magnas palabras en el altar del estrado del que un embajador es merecedor.
He dicho.
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